Mary Anne D'Uberville (ID)

Descripción Psicológica

No hay muchas cosas que decir de Mary Anne, salvo lo que se ve a simple vista cuando pasa por al lado. Es una chica honesta y "transparente": desde el primer momento muestra como es en realidad, sin falsas cortesías ni cinismos; si no le agradas te lo hará saber y punto. Cree que lo mejor es ir siempre con la verdad por delante, y actúa de acuerdo a esa máxima en todo momento. Tal vez llegues a pensar que sólo quiere tirarte abajo con sus comentarios, pero simplemente se trata de un aspecto de su personalidad que ella no va a cambiar porque a ti no te agrade. Esa es otra cosa que destacar de Mary: no se deja llevar por las opiniones ajenas; si no te gusta su ropa ella se encogerá de hombros y seguirá con su vida, sin pensar siquiera en cambiar porque tú se lo has dicho. Despreocupada de la vida, o al menos no se preocupa demasiado, ya que cree que todo sucede por algún motivo. Si las cosas pasan hay que buscarles una solución, ¿para que amargarse la existencia pensando en porqué o qué hizo uno para merecer aquello? Con la cabeza fría, así piensa ella cuando hay que tomar decisiones: lo que sea mejor, eso elegirá, incluso si eso implica apartarse de todo lo que ama. Porque ama, vaya que lo hace, y eso también se nota. Tiene en alta estima la existencia, lo cual ella considera un milagro, y siente gran respeto por todos los seres vivientes, sobre todo los animales. Es muy pacífica, siempre lo ha sido, evita a toda costa los enfrentamientos y eso se debe a su gran tolerancia para con los demás. Claro que, si se ve en situaciones de riesgo o verdaderamente le has colmado la paciencia, no dudará en defenderse y atacar; a veces es un simple comentario, quizás una mirada, sea lo que sea lo que la sacó de sus cabales, te lo hará pagar con la misma moneda, y no se contentará hasta que te haya devuelto el favor de arruinarte el día. Leal, si se ha proclamado como miembro de tu grupo te has ganado su respeto y confianza, y eso implica también que jamás te abandonará, no importa que suceda. Ríe con ganas, es divertida como ella sola, a veces tiene ocurrencias que parecen quitarle años de encima y tiene un sentido del humor algo sarcástico e irónico. Curiosa, quiere saber de todo un poco, lo que la hace una base de datos andante. Es aventurera, para qué negarlo: si ella ve una oportunidad de explorar, tomará todas sus cosas y se pondrá en marcha. La flojera nunca ha sido lo suyo, por el contrario, se caracteriza por ser trabajadora, incluso si no le gusta aquello que tiene que hacer. Tiene los pies sobre la tierra y en cierto modo le molestan las personas soñadoras; ella cree fervientemente que tú eres quien labras tu propio destino, lo bueno o lo que esperas no va a sucederte por obra y gracia de dios. Gran habladora, es buena manteniendo las conversaciones que le resultan interesantes, pero si no es así cambiará de tema o te dejará solo en el lugar sin decirte nada antes. Algunas veces saca temas de conversación que resultan de lo más extraño, a lo cual te acostumbras después de hablar dos o tres veces con ella.

Historia

El duque de Devonshire William y su madre Lady Eloise D'Uberville, se conocieron en una fiesta de la corte inglesa. Al ser ambos hijos de padres ricos, no tardaron demasiado en ver lo mucho que coincidían en cuanto a gustos y excentricidades. Desde luego que el Duque, no había mencionado que ya estaba casado, ni siquiera importaba puesto que Eloise D'Uberville era una chica coqueta y seductora que supo desplegar sus encantos para enredar al Duque, mismo que fue convencido de visitar su lecho a escondidas de su madre Lady Anne. La abuela de Mary, había buscado por todos los medios reservarla para emparejarla con un mercader de joyas, mismo que prometía traer una mejor posición a la familia inglesa, sin embargo, no todo resultó como ella esperaba, ya que Eloise no quiso esperar a su prometido. Como resultado de aquella frenética noche de pasión, nació una bendición que a la larga se convertiría en la maldición de los Cavendish.

Mary Anne D'Uberville Lancaster.

Su vida se ha basado siempre en la estabilidad, en el lujo y en los cuidados de sus padres, siempre le dieron lo que quería y la quisieron más incluso que a su vida. Su padre  o el que fingía serlo para no deshonrar a Eloise, viajaba constantemente de un lado a otro, trabajando y atendiendo asuntos diplomáticos, así que Mary se crió casi por completo al lado de su madre, adquiriendo buenos modales y una gran feminidad. Se centró siempre en sus estudios, el latín, el inglés, la poesía y un poco de francés.... estudiante impecable, siempre hizo sentir orgullosos a sus padres. Una vida color de rosa.

Las cosas se complicaron cuando Mary cumplió los quince, por aquel entonces su familia dio un gran tumbo y estuvo apunto de desmoronarse. Por una carta entre William y Eloise, Mary se enteró de que Edward Lancaster no era su padre biológico, sino un hombre que eventualmente descubriría como Duque de Devonshire. Esto afecto mucho a Sophie, quien se volvió alguien un poco más triste y apagada. Pasaron los años, y con mucha insistencia, Edward consiguió recuperar a su "hija" de aquella amargura continua. La familia D'Uberville Lancaster decidió que era tiempo de sanar heridas yéndose de viaje, el destino; Paris, Francia.

Durante aquel viaje y mientras Mary descansaba en la posada donde se alojaban, sus padres fueron atacados por asaltantes mientras su carroza los dirigía hacia Louvre, heridos de gravedad, su padre estocado y su madre apuñalada, murieron días después en la cama de un hospital de pueblo, dejando a su hija con un gran paquete.

Hundida en la miseria, Mary se quedó sola, sin embargo, a punto de mandar su vida al demonio y comenzar a prostituirse para comer algo, alguien apareció de la nada. Un pariente preocupado por su seguridad que la encontró para hacerse cargo de ella.

El nuevo duque de Devonshire, William Cavendish II -su medio hermano- la acogió en su hogar como protegida, le dio alimento, techo, vestido, un hogar donde pudiera seguir disfrutando de su juventud, sin embargo, esa ayuda no le es proporcionada gratuitamente, pues detrás de todo ese repentino interés en cuidar a la chica desamparada, se encuentra la avaricia y el deseo. Sin un peso que gastar y sin título que reclamar, la "princesa de D'Uberville"  -como suele llamarla la gente de su lugar natal de forma cariñosa-, se verá forzada a trabajar como la dama de compañía y sirvienta ocasional de la madre de William y sus dos hermanas mayores.