La temporada en la época Victoriana

La vida “mundana” en Londres lo constituía “La temporada” (“The Season” en inglés) procedente, en sus costumbres, del siglo XVII y que se mantendría casi sin alteraciones hasta el año 1914.

Su función principal era la de ser “la feria del matrimonio” para las jóvenes,  de la buena sociedad. Las mantenedoras del juego eran sus padres o protectoras, y su comportamiento obedecía al precepto fundamental de “Mostrarse en el lugar oportuno, en la compañía de gente de bien, nacidos ricos e influyentes, ataviada con las indumentarias adecuadas, a los distintos momentos de la jornada”.

Era relativamente breve, desde finales de abril a finales de julio, por lo que se hacía desenfrenada, si bien había veces que se prorrogaba en los meses de octubre a diciembre. Si una debutante no conseguía una proposición de matrimonio durante sus dos primeras temporadas, su futuro que la deparaba era oscuro.
El buen tono exigía que se poseyera una casa en la ciudad, aunque fuera de alquiler y, preferiblemente en uno de los barrios “bien vistos”, como podían tratarse de Mayfair, Kesington, los alrededores de Belgrave Square, Westminster, Picadilly. Lo ideal era que fuera en Park Lane.

Las damas que participaban en la Temporada se movían sobre todo por Hay Market, Regent Street y Oxford Street. Después de la apertura del primer gran almacén en 1863 –Whiteley’s- se llegaron a aventurar hasta Westbourne Road.

Uno de los momentos más importantes para la vida de cualquiera de estas damas era, sin lugar a dudas, la Presentación en la Corte. Se realizaba cuatro veces al año en el Palacio de Buckingham o en St. James. La dama, ataviada con sus mejores galas, esperaba en la Sala de Pinturas hasta que llegaba su turno. Una vez que ocurría esto, se quitaba los guantes y entraba en la sala: Si era hija de la aristocracia, o un pariente del reino, la reina besaba su frente; si no, la dama  debía inclinarse y besar su mano. La actuación en ese momento marcaria la vida de la joven dama hasta su muerte.

Gran parte de esta Temporada, se desarrollaba en público, por ejemplo en los grandes acontecimientos deportivos, de la primera, como las regatas de Hentley, de Derby o de Epson. Un paseo a pie por Rotten Row por las mañanas o el circuito de Hyde Park a partir de las cuatro de la tarde en el coche de caballos, evidentemente descubierto, era parte del exhibicionismo al que debían someterse estas debutantes.

Los lugares más visitados a lo largo de la Temporada solían ser estos:


La exposición sobre la ascensión al Mont Blanc en el Egyptian Hall.
La panorámica de Londres en el Colosseum de Regent’s Park.
El mundo en relieve en el Great Globe de Leicester Square.
La Camara de los Horrores de  Madame Tussaud.
Los jardines de atracciones en Chelsea.
El teatro, en el que se representaban, sobre todo, obras de Shakespeare (Aunque lo principal era ver y ser vistos, no la obra en sí, por lo que lo más importante solían ser los entreactos), aunque a partir de 1865 se empezaron a representar obras de carácter naturalista.
La Ópera, sobre todo la italiana (Acudir a un evento de este tipo costaba dieciséis guineas frente a las cuatro a ocho guineas que valía ir al teatro.)
Covent Garden
Los conciertos en Exeter Hall.


Otro punto importante dentro de la Temporada, eran las visitas que, por lo general, se realizaban entre las tres y las cuatro de la tarde (de no más de un cuarto de hora cada una de ellas) si eran ceremoniosas y un poco más tarde, si eran de carácter formal.

Sin embargo, hasta finales de siglo una dama, jamás podía a cenar a un café o a un restaurante; las cenas a las que acudía serian siempre de carácter privado. Estas cenas solían ser con un número reducido de invitados, y una vez concluida, las parejas pasarían al salón por orden (Hacia finales de siglo la segregación de sexos fue perdiendo rigor), dependiendo del rango de cada una. Los menús eran redactados en francés y contaban con una medida de 8-9 platos; entra la bebía los Burdeos y la champaña eran obligados.

Los almuerzos y tés, también era un importante punto de reunión y, por general, estaban acompañados por un breve concierto o recital de canto. Este tipo de reuniones solía contar con una media de unos 100 invitados.
También estaban de moda las Garden Parties (Fiestas de jardín) celebradas a última hora de la tarde, entre las cuatro y las siete, sobre el césped del jardín. Se tendía a jugar a unos cuantos deportes pero, solo aquellos que favorecieran el flirteo.

Otro de los puntos álgidos de la temporada eran los bailes, de entre 200 a 500 personas y que solían durar tres cuartas partes de la noche. Era el momento perfecto para el galanteo y el acercamiento entre damas y caballeros. Sin embargo, no se debía jamás bailar más de tres bailes con la misma persona sino, sería considerado un escándalo.  Llegado al punto de que, si la pareja no se casaba o  anunciaba su compromiso, la mujer pasaba a ser una paria, si es que no era expulsada de la sociedad.

▪ Creado por Meg Giry para The Darkness Revival ▪