Hey Soul Sister || Georgia A. Runner +18

por Thomas G. Runner Jue Jul 24, 2014 11:33 am

Hey Soul Sister
Hermanos Runner ф Amanecer ф Bosque de Epping

“	I think I'm drowning, asphyxiated. I wanna break this spell that you've created. You're something beautiful, a contradiction. I wanna play the game, I want the friction. You will be the death of me

Salí de mi cueva a cuatro patas, no es que sufriera resaca o no pudiera caminar, es que iba en mi forma de lobo. Me estiré de todas las formas posibles, y abrí mi gran mandíbula en un bostezo. Por último sacudí mi cabeza para despejarme un poco, debería dormir mas, pero tenia cosas que hacer. Tener una pareja siendo lobo no cuadra bien con mis horas de sueño. Soy un lobo, un ser nocturno, por lo que trasnocho mucho, pero mi novia y su gente se levanta al alba, y yo debo estar a su lado para entonces. En lugar de salir por detrás de la cascada y bajar pegada a la pared, directamente salté al lago. El agua fría me despertó de golpe, como si un rayo me hubiera recorrido todo el cuerpo. Nadé hasta la orilla, y una vez allí me sacudí entero para secarme. Después me agaché para beber un poco de agua, no había tenido suficiente con haberme remojado entero.

Skaôi © Source Code

por Georgia A. Runner Jue Jul 24, 2014 11:39 am

Ya que tenía que pasar por el pueblo, la loba decidió ir a hacerle una visita a su querido cachorro, ¿cómo desaprovechar la ocasión? Le gustaba ver como le iba, o si por fin iba a dejar de vivir de aquella manera y unirse a los demás como un buen lobo. Al fin y al cabo eran hermanos, no? Sangre de su sangre. Es lo que debería haber hecho desde un principio, la primera vez que lo encontraron. Sabía donde iba a dormir, así que tras pasar la noche cazando se acercó por el lago para lavar su morro ensangrentado, había que estar presentables para ir a ver a la familia. Su sorpresa fue encontrárselo allí y algo similar a una sonrisa cruzó sus fauces a la vez que le gruñó suavemente, acercándose a él a plena vista, sin intentar nada hasta el último momento que saltó encima suya, buscando morderle las orejas de manera juguetona, pues por mucho que él fuera mayor en edad Georgia siempre lo consideraría el pequeño.

Estaba bien ver que al menos seguía pareciendo un lobo.

por Thomas G. Runner Jue Jul 24, 2014 11:41 am

Estaba tomándome las cosas con calma, muy perezoso. Me estiré sobre mis patas delanteras dando un gran bostezo, y sacudiendo la cabeza para despejarme. No teniendo suficiente, estiré una de mis patas traseras todo lo que pude, para después hacer lo mismo con la otra. La verdad es que sentía una paz como nadie. Por primera vez en la vida las cosas no me iban tan mal, y seguía siendo igual de pobre, seguía viviendo como lobo en el bosque por tener algo a lo que llamar techo. Pero había algo distinto que antes no tenia, tenia amor. Sonaría cursi, pero desde que Jayah está en mi vida soy mas feliz.

Y en ese estado estaba, no era pereza, ni tranquilidad, era felicidad. Pues en esto estaba cuando algo me aplastó, y cuando digo algo, digo alguien, y cuando digo alguien, digo la vaca de mi hermana. Bueno, vale, no era pesada de peso, pero si era un incordio. Me sacudí para quitármela de encima, y cuando lo logré la gruñí poniéndome a la defensiva. Que claramente quiere decir no vuelvas a hacer eso, después de eso doy un resoplido, que evidentemente significa recuerda quien es el mayor

por Georgia A. Runner Jue Jul 24, 2014 11:43 am

No opuso resistencia cuanto intentó quitársela de encima pero le miró con el aviso de que ella era más peligrosa que él brillando en sus ojos dorados, lanzando un mordisco al aire en su dirección a respuesta de aquel gruñido. Geor había sido criada por el padre de ambos y tenía menos escrúpulos que él, así que nunca lo consideraría mayor a ella, le daba igual quien naciera antes. Y había admitido que eran hermanos porque el parecido era innegable muchas veces. Dejó de prestarle atención, aburrida, y se giró para dar unos tragos en el lago, hundiendo el morro en este.

Volvió a mirarle cuando se sació, ya limpia de su anterior caza, comenzando a dar vueltas a su alrededor, con toda la tranquilidad del mundo, observándole desde todos los ángulos. No iba a ser ella la primera que abandonase su forma lobuna para hablar con él de mejor modo. Si, quería hablar con él, saber como le iba todo pero también el sol comenzaba a despuntar y quería dar una cabezada antes de ir al pueblo, así que el sentimental reencuentro como humanos no corría prisa. Tenía tareas pendientes pero bueno, también podían esperar.

por Thomas G. Runner Jue Jul 24, 2014 11:45 am

Solté aire una vez mas ante ese bocado al aire, y después seguí con lo mío. Aunque verla bebiendo agua de esa forma... me daban ganas de ser yo ahora quien se lanzara por ella. Solo por demostrarle que estaba equivocada y que yo era mas fuerte que ella. En su lugar me senté y me rasqué la oreja porque me picaba, seguro que había estado echando pestes de mi por el camino y por eso me picaba. ¿No era algo así?

Volví a ponerme tenso en cuanto empezó a dar vueltas a mi alrededor. Yo no era ninguna presa, y no se a que venia a observarme tanto. No había cambiado tanto desde la última vez. Negué con la cabeza y volví a resoplar antes de transformarme en humano. Estaba desnudo, claro, pero era mi hermana y no importaba. Me crucé de brazos y enarqué una ceja, cuando quisiera, si eso, puede decirme que hace aquí. Y lo mas importante, si padre anda cerca.

por Georgia A. Runner Jue Jul 24, 2014 11:47 am

No le preocupaba que su comportamiento le molestase a Thomas. Debía aprender que, por mucho que él fuera el primero concebido por su padre, ella era la mayor. No solo era hija de la verdadera compañera de padre, sino que la había mantenido a su lado siempre, enseñándole a ser una buena loba y no alguien como él, que se tenía miedo a si mismo, que parecía más un lobo convertido que uno nacido. Así que seguía dando vueltas a su alrededor, despacio, observándolo desde todos los ángulos. Aún dio un par de vueltas más cuando se transformó en hombre, resiguiendo su figura con sus ojos de lobo.

Se quedó parada ante él y comenzó su propia transformación, desnuda también, pero ella concebía la vergüenza de otro modo distinto a los humanos, así que no le importaba que su hermano la viera así. Se desperezó, estirando los brazos por encima de la cabeza con un bostezo, abriendo la boca como un lobo, ella no hacía muchas diferencias entre sus diferentes formas. Le sonrió, enseñando los dientes, manteniendo la vista fija en él. -Te veo bien, hermano.

por Thomas G. Runner Jue Jul 24, 2014 11:49 am

Como siempre intenta molestarme. Ahora sigue dando vueltas a mi alrededor en su forma lobuna a pesar de que yo ya soy humano. Le gruño, por supuesto, a pesar que pueda no imponer tanto como cuando tengo los colmillos, es algo que como humano suelo hacer. No debería de haberle metido prisa, no debería de haber mirado, pero lo hice. Georgia se extendió delante de mi como humana, con su hermosa figura. Respiré profundamente por la nariz mientras alzaba el mentón de forma tensa, le miraba con el ceño fruncido mientras ella me sonreía. Recuerdos, demasiado, algunos que creí enterrados despiertan en mi mente, y para mi desgracia no es lo único que despierta.

- Se mantenerme.- dije flexionando los brazos para marcar músculo, sigo siendo un macho a fin de cuentas.- Tu no estás mal.- comenté encogiéndome de hombros, para no hacer crecer mucho su ego, aunque supongo que eso no tiene mucho sentido cuando hay una parte de ti, que sin obedecerte la señala como si la quisiera. Y no, eso es parte del pasado.- ¿A que has venido?

por Georgia A. Runner Jue Jul 24, 2014 11:51 am

Al contrario que él, Geor parecía bastante más cómoda y segura ante su presencia, por mucho que estuvieran desnudos ambos y una media sonrisa curvaba las comisuras de sus labios sin apartar la mirada de él, con los brazos cruzados bajo el pecho. Le hacía gracia tener así a su hermano solo por su mera presencia, sobretodo cuando notó que no era solamente su paciencia lo que se estaba...tensando. Dio un descuidado paso hacia él, acercándose más. Quizás iba a conseguir más de lo que esperaba con aquella visita, cosa que no sería la primera vez. Era divertido, por supuesto, porque ella no solo lo veía como su hermano, sino también como un hombrelobo cercano a su edad y con capacidad de procrear.

-Lo sé, hay que cuidarse...- su sonrisa se ensanchó y sus ojos bajaron un momento por su cuerpo de manera intencionada -Y ya veo que no te desagrada.- se rió por lo bajo, apenas un suave je entre dientes. -¿No puedo simplemente haber venido a ver a mi hermanito?- compuso cierto rostro de reproche hacia el hombre por pensar que no era él la causa de su venida. Aún así acabó encogiéndose de hombros -He venido a vender carne al pueblo, como siempre. Y a conseguir armas nuevas y...Alguna diversión. ¿Quieres ser tú mi diversión Thomas?- aún con su tono de voz tosco y algo ronco para ser mujer, las últimas palabras fueron suaves, casi como si fueran un ronroneo, mirándolo a los ojos, con una sonrisa que torcía sus facciones.

por Thomas G. Runner Jue Jul 24, 2014 11:55 am

Es por culpa de Georgia y de mi padre que sea mas animal que hombre. Fueron ellos los que me inculcaron esa cultura, y pese a que yo me resistí, algo quedo de todo aquello. El hecho de que viviera como lobo en lugar de como hombre, por ejemplo. Que prefiera estar solo a acompañado, es todo culpa suya. Gruño cuando hace referencia a lo evidente, no es mi culpa que mi cuerpo vaya mas allá de mi mente y no obedezca cuando le digo que esto se ha terminado.

- Te conozco, y se que no es así. Nunca vienes sin mas a ver que tal estoy, y no te equivoques, así lo prefiero.- le digo muy serio antes de escuchar sus verdaderos motivos, por los que asiento.- En cuanto lo hayas hecho, prefiero que te... .- no termino la frase puesto que Georgia se acerca mas de lo debido, y encima me pregunta algo así. ¿Retomar el pasado? Sonrío siguiendo su juego, tomo su cintura con mis brazos y pego nuestros cuerpos. Mis labios rozan su cuello en dirección a su oído.- Ya tengo con quien divertirme.- le susurro antes de soltar la de golpe, con intención de tirarla al suelo.- Tengo novia

por Georgia A. Runner Jue Jul 24, 2014 11:57 am

Al contrario que su padre, ella no había dado por perdido a su hermanito, por mucho que éste se empeñara a vivir como un lobo solitario deseoso de tener una vida como la de un humano cualquiera. Algún día conseguiría que fuera a la manada y dejara aquellas estúpidas ideas, abrazando su parte animal de manera completa. Su sonrisa llena de dientes resplandeció al verlo gruñir. Hizo un puchero y rodó los ojos.

-Eres un arisco y yo pensando que te alegrabas de verme...- protestó mirándolo con reproche, poniéndole un dedo en la barbilla para que lo mirase -No es así...Hermanito?- ronroneó cuando la pegó a su cuerpo, notándolo contra él, ladeando la cabeza al paso de sus labios. Pero cuando dijo eso lo miró sorprendida, dando un paso atrás para estabilizarse. Chasqueó la lengua. -Bueno, espero que no hayas elegido mal, pero eso no cambia las cosas entre nosotros. Ya sabes, la sangre es lo primero- le recordó acercándose a él y acariciando su torso con las manos, despacio, sin apartar la mirada de la suya. -Y nunca deberías olvidar eso- murmuró contra sus labios. Mordió su labio inferior con suavidad, arañando sus hombros, todo con la misma delicadeza salvaje que contenía ella.

por Thomas G. Runner Jue Jul 24, 2014 11:57 am

Y volví a gruñir. Estaba totalmente tenso, si me empujaba seguramente me caería como un árbol de un golpe seco. Mi pecho bajaba y subía a medida que mi respiración se iba acelerando, la presencia de Geor no es buena para mi. Siempre ocurría lo mismo, cuando mas lograba conectar con mi parte humana ella aparecía, como si lo detectase. Viene, y me vuelve salvaje como el animal que llevo dentro, llevándose consigo toda mi humanidad para luego volver a irse. Ella era peor que la plata, y yo un necio por seguir cayendo en sus juegos.

La sangre es lo primero, la manada es lo primero. Esa frase que han intentado inculcarme desde que se dignaron a aparecer en mi vida. Mi padre intentó que lo aprendiera a base de violencia, marcándome a fuego con esas palabras, y Geor... Geor en cierto modo era distinta, y nuestra relación se desarrolló de un modo distinto al que cabe esperar entre dos hermanos. Mis manos rodean su cuerpo desnudo, pegándolo contra el mío. Cuando me muerde el labio nos muevo contra un árbol, quedando su cuerpo atrapado entre el mío y el árbol. Rozo con mis labios su cuello hasta llegar a su lóbulo el cual muerdo antes de susurrarle.- Es humana.- le digo con respecto a mi novia, después me separo riendo, esperando ver su reacción. Mis ojos están negros pero no me importa, aun sigo siendo humano, y así será

por Georgia A. Runner Jue Jul 24, 2014 12:00 pm

Le gustaba mucho hacer gruñir a su hermano, le encantaba verlo así de nervioso por su culpa, resistiéndose a la parte animal que los unía de manera prácticamente completa. Observaba con detenimiento todas sus acciones, cada respiración, el latido rápido de su corazón, su brusquedad. Rió divertida cuando la puso contra un árbol, una risa que parecía más bien un gruñido juguetón, le gustaba ver como su hermano estaba perdiendo el control aunque hizo un mohín cuando le dijo que era humana. No dejó que se separara mucho, atrayéndolo de nuevo hacia ella apoyada en el árbol. Lo pegó de nuevo a ella, sus pieles rozándose cuando ella se estiró para llegar a su oído, sus uñas en la nuca del chico.

-No se juega con la comida si no te la comes, pequeño...- dijo en un susurro tras chasquear su lengua y lamió su oreja, bajando a pequeños mordiscos por su cuello, arañando su piel. Le gustaba dominar y no le gustaban las cosas suaves, pero para alegría suya no había nada suave en su relación con su hermano. Llegó hasta el centro de su cuello y lamió su nuez, despacio, sin dejarlo separarse de ella ni un milímetro -Eso está mal

por Thomas G. Runner Jue Jul 24, 2014 9:25 pm

Ese era mi problema, que me gustaba jugar. Aunque me resistiera con todas mis fuerzas, Geor siempre sabía como sacar al animal que hay en mi. Es como si otra persona tomara posesión de mi, y hace que no pueda apartar las manos de mi hermana. Me gustaba jugar con fuego, pues eso sentía cuando deslizaba los dedos por su piel. Acariciando desde sus labios hasta el inicio del pecho. Alzo los ojos para buscar los suyos, y por primera vez le muestro mi media sonrisa lobuna. ¿Eso era lo que estaba mal? Había una larga lista de cosas por las que esto estaba mal, y esa era una de las últimas. Por eso de mi pecho surgió una carcajada muy sonora, porque la situación si se ve desde fuera seguro que es graciosa.

- ¿A quién llamas pequeño?.- le pregunté entre dientes mientras decidí atacar su cuello. Empotrando su cuerpo contra el árbol uniendo prácticamente nuestros cuerpos. A veces tenia que darle lecciones a Georgia, no estaba bien que siendo yo el primogénito siguiera llamándome pequeño. Le mostraría quien es el lobo de este bosque. Alce su cuerpo como si de una pluma se tratara, la sujete bien fuerte por su trasero mientras mi pene erecto estaba entre nosotros. Rozando ese punto que de todo su cuerpo, es con el que más me gusta jugar.- ¿Por esto es por lo que has venido?.- susurré junto a su cuello mientras deslizaba su cuerpo por mi miembro.

Este no soy yo. Es otra persona, otra mente la que ha ocupado mi lugar. Es otra consciencia la que desea a Georgia, no yo. Yo soy sensato, yo me limitaría a mantenerme lejos de ella y su maldita influencia, le pondría totalmente las cosas claras, y seguramente no la volvería ver. Ese era yo. El ser que ahora ocupa mi cuerpo, el que actúa por mi es el que se muere por penetrarla, enloquecerla de placer hasta que ella pida clemencia. Eso es lo que no estaba bien. Y yo, me resisto, o al menos lo intento.

- No dejaré que mi pobre hermanita se vaya sin lo que quiere.- mordí sus labios al susurrar esas palabras con malicia sobre su boca. En solo gesto ensarté su cuerpo con mi pene, me abrí paso entre ella mientras mis manos y mi cuerpo impedían el escape. Me gustaba ganar, pero sobre todo me gustaba ganar la partida

por Georgia A. Runner Jue Jul 24, 2014 10:17 pm

En el momento en que notó que las manos de su hermano pasaban de ser una barrera entre ellos a ser las que le propiciaban caricias necesitadas supo que volvía a tenerlo a su disposición, que lo había poseído el instinto nato que poseía en vez de aquellos pobres intentos de principios racionales que se empeñaba en mostrar. Un gruñido lujurioso se escapó entre sus dientes al devolverle la media sonrisa, retándolo excitada a que terminase de romper las barreras que él mismo se había.impuesto. Arañó su piel al oírle reír, riéndose ella al escucharle.

-Siempre serás el pequeño si sigues comportándote como un humano- le regañó tirando de sus cortos cabellos. Cualquiera diría que era ella la que estaba siendo empotrada contra un árbol, pues no mantenía ningún comportamiento de subyugada, más bien al revés. Incluso en aquellos momentos cuándo ya lo tenía donde quería, seguía queriendo provocarle para que fuese el propio Thomas quien rechazara a los humanos y se uniera a ellos. Nunca entendería porqué precisamente él quería comportarse como un humano si su propia madre por poco lo mata de pequeño, si los humanos les consideraban monstruos y les tocaba esconderse. No se merecían aprecio alguno por parte de los lobos y se encargaba en demostrárselo a Thomas, cuantas más veces, mejor. Le hizo separar el rostro de su cuello, echándole la cabeza hacia atrás sujeta por su mano en la nuca. Mordió el hueco de su cuello, con fuerza, agarrándose a él con las piernas. Incluso en aquella posición le gustaba ser quien mandase.

-Te has vuelto un blando...Yo no quiero sólo esto...Lo quiero todo- sus últimas palabras fueron tan roncas como sus gruñidos, suaves y amenazantes. Se raspaba contra el árbol al moverse sobre él, pero no le importaba, más entretenida en morder sus labios en un beso salvaje, arañando con sus uñas, parecidas a unas garras, los hombros de su hermano. No iba a dejarle tomar el control tan fácilmente.

por Thomas G. Runner Jue Jul 24, 2014 11:33 pm

Ese es el problema, el creerse mejor solo por ser licántropos. El creerse que habíamos sido bendecidos cuando en realidad estábamos malditos. Por eso se cree superior a mi, por eso me llama pequeño aunque sabe que no lo soporto. Gruño enfadado, y alzo mi puño contra el árbol, justo al lado de donde está su cabeza. La madera se hace astillas ante mi golpe. Pero ni si quiera eso pudo hacerla temblar. Dispuesta a quedar por encima, me agarró fuerte del pelo, por lo que me vi obligado a mirar como se acercaba hasta mi para morder mi cuello. Grité exclamando al cielo, el sonido era confuso y no se podía saber si gritaba de ira o de excitación. Sus palabras se clavaron en mi mente, en mi corazón. El instinto me gritaba en mi cabeza que la poseyera, que me dejara arrastrar por esta vorágine de lujuria y salvajismo. No podía mas, resistir era demasiado para mi, y como alguien que enciende una cerilla, con una chispa, cedí.

Volví a mirarla mientras ladeaba la cabeza, aun con su mano enredada en mi pelo. Sonreí mostrando por completo mis sonrisa, mis dientes iban creciendo dispuestos a marcar la carne. ¿Quién era yo para negarle tal deseo? Ella quería que la follara como una bestia, lo quería todo. Y yo iba a concedérselo, mas que por complacerla, por complacerme a mi mismo. Por darme el gusto de tenerla postrada ante mi. Acerqué mi boca a la suya mientras le daba una lenta y profunda embestida. Mordí su labio cerrando los ojos con fuerza, para al abrirlos poder mirarle a los ojos y decirle.- Hecho.- mi sonrisa aumentó cuando nos separé del árbol, y me desenganché de ella para tirarla al suelo. No se dejó caer sin mas, se aseguró bien de tirarme fuerte del pelo al caer, pero no importaba. Solo tuvo tiempo para esa triquiñuela, antes de que pudiera moverse yo ya estaba encima suyo. Y aunque intentara resistirse era inútil. Tenia su cuerpo contra la fría hierba, y su tentador trasero apuntando hacia mi, invitándome. Le separé las piernas, y sin mediar palabra volví a penetrarla desde atrás. Subyugada ante mi cuerpo, mi fuerza, yo era mas que ella, y lo demostraba con cada embestida sobre su cuerpo. Cada vez que mi pene entraba con fuerza y mis testículos daban contra sus labios era una victoria para mi. Llegaría al éxtasis como una bestia, quizá mas tarde tuviera remordimientos. Pero no ahora. Ahora cubría el cuerpo de Georgia con el mío, sujetaba con un brazo su cintura para asegurarme de que se quedaba quieta mientras yo buscaba mi placer como el animal que ella quiere que sea.

por Georgia A. Runner Vie Jul 25, 2014 12:33 am

El puñetazo aquel siquiera la hizo parpadear. Era sólo una muestra más del descontrol que había acabado por poseerlo, aquella confusión entre la parte humana y la lobuna de su torturado hermano. Casi era capaz de ver su pelea interior y aquello la divertía de sobremanera, sobretodo porque ella sabía qué parte iba a ganar. Lamió la marca de sus dientes al oírle gritar, excitada y ansiosa de que el salvaje instinto que sabía qué poseía Thomas hiciera su aparición por completo y saliera a jugar con ella. Observaba cómo los dientes del lobo se hacían más grandes casi con un placer anticipado. Estaba deseando que se desatara e intentase morderla, clavando los dientes en su piel...Temblaba ansiosa sólo por imaginarlo. Se arqueó con un gruñido de placer por su embestida, los ojos oscurecidos con ese brillo dorado y lamió su labio superior, rozándolo con la punta de la lengua, con lascivia.

Apenas le dio tiempo a reaccionar cuando la separó del árbol, agarrándose a su pelo con fuerza en un vano intento de que no la moviera como si fuera una muñeca a su merced. Pero, ¿para qué resistirse si es lo que precisamente iba buscando? Arañó la hierba con sus garras, alzadando ligeramente las caderas hacia él, invitándole a tomarla. Quería seguir teniendo la última palabra en todo, pero ante su primera embestida ya prácticamente aulló de lujuria y placer, haciendo surcos en la tierra con las manos. Procuraba moverse incluso en aquella posición, no buscando otra cosa sino el placer propio y enfurecerlo más, hacerle ver que no era capaz de mantener el control sobre ella. Incluso cuando la agarró intentó seguir con sus movimientos, gimiendo y gruñendo de placer.

por Thomas G. Runner Vie Jul 25, 2014 11:57 am

No es fácil controlar a Georgia, es una tarea titanica. No he conocido a una criatura mas salvaje que ella, y supongo que eso es exactamente lo que me atraía de ella. De alguna forma soñaba con ser libre de este sentimiento de culpabilidad constante por ser lo que soy. Pensaba que la mejor manera era intentar cambiar lo que era, pero viendo a Geor luchar contra mi en estos momentos me hace replantearme las cosas. Si siempre caigo ante ella, si siempre consigue sacara mi lado salvaje, es porque envidio el suyo. Porque me gustaría poder tener la facilidad que tiene ella para aceptar lo que somos. Bestias, salvajes. Y ella es la reina, que aunque esté postrada ante mi no se rinde, combate contra mi agarre y logra moverse a su ritmo, lo cual, hace que enloquezca.

Aflojo el agarre pero mi ritmo de embestidas no cesa, con golpes secos mi pelvis golpea contra su lindo trasero, profundizando todo lo que puedo, me gusta sentir como su interior envuelve mi pene. Mis manos recorren su vientre liso en busca de sus pechos. No tengo piedad con ellos, los agarro con fuerza mientras pellizco sus pezones, lo que daría por poder metermelos en la boca y saborearlos, pero debo mantener esta postura de dominante, debe aprender. Con esa idea fija, vuelvo a intentar marcar mi propio ritmo, tomando sus caderas entre mis manos y poniéndome erguido. Jadeos se escapan entre mis dientes apretados, sonrío. Veo los surcos de tierra que hay sobre sus garras, en el silencio del bosque solo se escuchan nuestros gemidos.
Río sin remedio, como si esto tan solamente fuera una broma, bastante deliciosa. Me ha enseñado el cuello. Puedo escuchar el ritmo de su corazón, y puedo ver como la vena de su cuello late al mismo ritmo que la música que escucho. Vuelvo a caer sobre ella, pero esta vez lamiendo su espalda desde la rabadilla hasta el centro de los hombros. Mientras que una mano sigue sujetando su cintura, la otra se enreda en su melena tirando de ella para que alce su rostro al cielo, y me entregue lo que es mío. Poso mi mejilla contra la suya, nuestras pieles están ardiendo, muevo la cabeza para acabar rozando su pómulo con mis labios. Y en un instante he abierto la boca todo lo que mi medio transformación me permite, mis dientes brillan un instante antes de clavarse en la suave carne de Georgia. Un gemido atronador sale desde lo mas profundo de mi pecho, y muere en la piel de ella. Ahora no importa nada, ni lo que somos, ni el remordimiento que venga después, pues no hay nada mas placentero que morderle el cuello a mi hermana, mientras la someto

por Georgia A. Runner Vie Jul 25, 2014 1:23 pm

Alrededor de siete años habían pasado desde la última vez que había logrado descontrolar a Thomas para su propio placer y ahora mismo sólo quería destrozar a aquel hombre que la hacía desear postrarse de aquella manera con garras y dientes, notar el sabor ácido de su piel en la boca mezclado con su sangre...Continuaba moviéndose, haciendo el choque entre ambos cuerpos más seco y bruto, arañando el suelo con sus manos medio convertidas en zarpas, con gemidos que parecían gruñidos.

Sonrió al notar como dejaba de sujetarla tan fuerte, permitiéndole moverse con mayor libertad pero su cuerpo tembló con un aullido ante el salvaje agarre que propició a sus pechos. Quien los escuchase no pensaría que estaba escuchando a dos humanos, sino más bien a dos animales retozando con las primeras luces del día. Quizás los años no sólo no habían evitado que él se deshiciera de su recuerdo, sino que parecía más ansioso y salvaje que antes, más dominante. Georgia no podía estar más encantada con aquello y pensaba asegurarse de que con aquello no deseara volver a acercarse a una mujer humana. Una humana nunca podría darle tanto placer como ella, pues aunque lo negase siempre, Thomas deseaba tanto como ella aquella manera de amarse tan feroz y le estaba dejándoselo ver. Si no fuera porque jamás se dejaría ver vulnerable ante él cuando la volvió a agarrar de las caderas estuvo a punto de ceder y dejarle hacer lo que quisiera con ella mientras siguiera proporcionándole placer. Aún así había agachado la cabeza, con el pelo alborotado cayéndole por la espalda y un lado de la cabeza de manera desordenada.

Pequeños espasmos de placer vuelven a recorrer su cuerpo, esta vez por culpa de su lengua, notándola deliciosamente rasposa contra la piel magullada antes por el árbol. Alzó la cabeza sin remedio cuando tiró de sus cabellos, los ojos cerrados con fuerza en una mueca de su ceño fruncido, con los labios replegados al enseñar los dientes, afilados y apretados por los que se escapaban sus gemidos. Notaba la cálida piel de su hermano contra la suya, el pecho de él contra la espalda de ella, sus cabezas rozándose, entremezclándose sus alientos. Casi estaba aguantando la respiración en un momento de deseosa espera, anticipándose a lo que iba a hacer. Un alarido de placer y dolor le hizo abrir las fauces cuando le mordió, arqueándose bajo él y alzando más el rostro hacia el cielo, dejándole más parte de cuello a su disposición. Odiaba ser incapaz de hacer otra cosa que no fuera demostrar el placer que sentía sin poder moverse lo suficiente para hacerle algo a él.

por Thomas G. Runner Vie Jul 25, 2014 6:53 pm

Aun tenia mis fauces sobre el cuello de Georgia, una fuerza superior a mi me obligaba a quedarme ahí, no es que fuera a reclamarla como mía pero quería que se llevara un recuerdo de esta vez en la que la tuve prácticamente besando al suelo. Cuando la solté aullé al sentir como el placer me embargaba, como un latigazo, una descarga eléctrica que recorría todo mi cuerpo. Me puse de rodillas para soportar todo el peso de mi cuerpo, y del suyo cuando la levanté posando su espalda contra mi pecho. Apenas pesaba para mi, y podía mover su cuerpo por el mío, penetrándola con mas fuerza y mas profundo. No había palabras de cariño, ni si quiera para expresar nuestro placer, no había palabras, solo sonidos de animales. Gemidos, gruñidos, y aullidos era lo que entonábamos en esta melodía hacia el éxtasis. Notaba que estaba a punto de terminar, si lo hacia, lo haría bien. Aparté su pelo de su hombro, y de nuevo volví a morderla esta vez con mas saña y furia. Sentí como explotaba el placer en mi interior, y como me corría dentro de Georgia, en el instante en el que terminé mis ojos volvieron a ser de mi color natural. A pesar de haber terminado seguí unido a ella, abrazando su cuerpo mientras apoyaba mi frente sobre su hombro, tratando de recuperar la respiración, dejando que lo que se había apoderado de mi me abandonara lentamente.

Así fue como recuperé la consciencia, así fue como desperté del sueño y vi lo que había hecho. Sin miramientos me salí de Georgia, y la solté sin mas, sin preocuparme por donde acababa. Me puse en pie, y di un par de vueltas sin saber que hacer o donde ir. Me sentía sucio, lo que había hecho estaba mal. Y no solo por el hecho de que nos une la sangre, sino por la traición que había cometido. Empezaba a notar como la ira volvía apoderarse de mi, pero esta vez era distinta, nacía de mi razón humana. Miré a Georgia, y sentí desprecio, porque ella era la culpable de todo. Mi cuerpo en sudor comenzó a temblar, rugí con todas mis fuerzas mientras mis rasgos se afilaban y daban paso a la bestia que había en mi. En cuanto mis patas tocaron el suelo embestí corriendo hacia Georgia, dispuesto a atacarla.

por Georgia A. Runner Vie Jul 25, 2014 9:02 pm

Sentía su cuello y su hombro palpitantes por el mordisco, suaves hilillos de sangre que bajaban desde el mordisco por su piel. La sensación de estar atrapada bajo él, de tener sus dientes clavados en la carne mientras la embestía como un poseso casi la hacía llegar al orgasmo, notando como su cuerpo se estremecía con cada embestida mientras ella era incapaz de evitar los gemidos y los aullidos que le provocaba. No se mostró reacia al repentino cambio de postura, perdida en una vorágine de deseo y placer. Abrió más las piernas que antes, replegadas hacia los lados para poder sentirlo más profundo, posando mis manos sobre las suyas y arañándolas con fuerza. Al notar que le volvía a apartar el pelo sucumbió al clímax con varios aullidos largos y ahogados, le gustaba la sensación de desgarrar su piel por los dientes de su amante hermano hasta tal punto que alargó la sensación de su orgasmo. Se dejó sujetar por él recuperando el aliento, aún con el palpitante miembro de Thomas en su interior, satisfecha y orgullosa de hasta que punto había logrado descontrolarlo.

Fue por eso que la pilló desprevenida cuando la dejó caer al suelo de aquella manera, casi como si quemase. Se rió al darse cuenta de la situación y se levantó en un rápido y fluido movimiento apartándose de la trayectoria del desquiciado lobo y desperezándose ya de paso. Le miró, seria, con los ojos negros y dorados, como su loba interior y le enseñó suavemente los dientes, en un gruñido amenazante e imperioso. Se habían acabado los juegos y no pensaba permitir que ahora se creyera de repente que podía con ella. -Ahora no me vengas con enfados si tú deseabas esto casi más que yo. Aprende a aceptar tus instintos de una vez Thomas.- en todo momento había mantenido una voz suave, fría y dominante, mirándole fijamente, seria, sus ojos encendidos como dos carbones en la oscuridad.

por Thomas G. Runner Vie Jul 25, 2014 9:20 pm

Mi embestida no resultó como esperaba, en el último momento se apartó de la trayectoria de mis dientes, y di un bocado al aire mientras derrapaba al frenar. De nuevo me daba la vuelta dispuesto a frententarla, esta vez quería su yugular pero de una forma distinta. Yo le gruñía también, de forma baja y constante, como cuando un animal se siente preso. Porque así me sentía yo, atrapado. Expulsé aire por la nariz de forma pesada mientras poco a poco volvía a mi forma humana, y me ponía de pie para caminar hacia ella y poder enfrentarla.

- Nunca mas.- le dije serio, esquivando su mirada. Porque no podía con ella, ni con su cuerpo. Mirarla era recordar lo que acababa de suceder, y no podía con ello. Me sentía culpable, tenia a una buena chica y había sido capaz de traicionarle solo por "seguir mis instintos". Yo no era así, yo era un buen chico, no me gustaba herir a la gente de ninguna forma, pero cada vez que Georgia estaba cerca... Despertaba en mi a una persona totalmente opuesta, alguien que es capaz de cerrar los ojos mientras se folla a su hermana, y regodearse por el hecho de hacerle besar el suelo. Alcé mi mirada hacia ella, cargada de odio, y me puse apenas a unos centímetros.- Ya has conseguido lo que querías, te he follado como la perra que eres, ahora lárgate de mi bosque.- susurré con voz ronca, esa que suena cada vez que lo que digo es una advertencia, un gruñido al enseñar los dientes si ahora estuviera en mi forma lobuna. Y odiaba tener que llamarla así, porque ese era un insulto que me ofendía hasta a mi, pero sabía que si no me mostraba impasible la tendría aquí para rato.- Vuelve con la manada

por Georgia A. Runner Sáb Jul 26, 2014 1:49 am

Lo vio derrapar y morder el aire donde se podían apreciar los surcos que había hecho con las manos al arañar la tierra, donde se podían ver manchas de sangre y fluidos. Su hermano no podría olvidar en la vida lo que había hecho con ella ahí, en el borde del lago, aunque las lluvias borrasen las pruebas. Esperó a que se volviera humano de nuevo y ladeó la cabeza, evaluándolo mientras se acercaba a ella, resiguiendo con la mirada su cuerpo, observando la marca de sus dientes en uno de los laterales del cuello. Enarcó una ceja.

-¿En serio crees después de hoy que aún puedes resistirte?- le dijo, sin nada de burla o mofa en su tono. Se lo dijo como si fuera una cruda realidad, inevitable, algo tan cierto como las noches de Luna llena. Y si su hermano pensaba que era así, se había vuelto más necio de lo qie recordaba. Le sostuvo la mirada de manera fría y serena, al menos ella parecía poder controlarse mejor. -Así que ahora soy una perra, eh?- rió y le ladró enseñando los dientes -¿Y eso dónde te deja a ti, que no eres capaz de aceptarte a ti mismo?- chasqueó la lengua a modo de negativa y le acarició las marcas del mordisco con la punta de los dedos, antes de comenzar a separarse de él, lenta -Y cuando tomes a tu novia humana...Te acordarás de mí, porque con ella no sentirás nada- sonrió, una sonrisa que no auguraba nada bueno, antes de convertirse en lobo. Le echó una última mirada y echó a correr, alejándose del lugar hacia donde estaba su morral y sus ropas.

por Thomas G. Runner Sáb Jul 26, 2014 3:12 pm

Enseñé los dientes cuando dudó de mi. Sería capaz de resistirme, no importa todo lo que la desee, o me tiene su presencia, lograré deshacerme de lo que sea que ella hace conmigo. Me quedé impasible, y quieto mientras ella hablaba de nuevo para provocarme. Incluso cuando sentí sus manos sobre mis marcas me mantuve en mi sitio, solamente me permití cerrar los ojos hasta que su contacto se pasó. No iba a sentirme mal por nada de lo que ella dijera, por mas razón que pareciera tener.
Apreté los puños para aguantar sus palabras y no reaccionar, porque eso es lo que ella siempre buscaba, provocarme, hacerme saltar, hacerme caer en sus garras, las garras de mi bestia interior. Conseguía siempre sacar mi lado mas salvaje, y por mucho que ella dijera que ese era mi verdadero ser, yo sabía que no era así. Yo no era ni un lobo ni un humano, era ambas mitades. Tenia que aprender a convivir con ellas, y no decantarme por una solo como quiere mi hermana.
Lo último que dice es lo que mas me duele, porque he traicionado a alguien que significa mucho para mi, a alguien a quien quiero, y lo peor, que ella me quiere a mi, y confía en mi. Me miro las manos manchadas de sangre, no se si mía o suya, porque eso es lo que pasa cuando nos reunimos, dejamos de ser dos para ser uno, sin importar que la sangre nos una. Me siento confuso, y sobre todo frustrado. Me transformo como antes, y un aullido que se escucha en todo el bosque anuncia mi retirada

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