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ienvenidos a Darkness Revival.Estais a punto de adentraros en Londres, año 1890, una época tan peligrosa como atrayente. La alta sociedad se mueve entre bailes oficiales, bodas, cabarets y fumaderos de opio. Las prostitutas y mendigos se ganan como pueden la vida, engañando, robando o estafando. Pero hay algo mucho mas oscuro en las calles de la ciudad del Támesis, más oscuro aún que el terrible Jack. Seres sobrenaturales como brujas, vampiros, metamorfos y malditos se esconden entre los miembros de la sociedad, temerosos de la sangrienta hermandad que les persigue: la Black Dagger Brotherhood. ¿Sobrevivirás? .
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Azalea ID
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Azalea ID
Azalea Raine
Meretriz | Madame | 32 años | Bisexual | Aishwarya Rai |
Descripción Psicológica
Se podría decir que su rasgo más característico es que es reflexiva y comprensiva. Da muchas vueltas a las cosas y odia a la gente dramática, ya que ella ha tenido que superar muchas dificultades y sabe que ese tipo de actitud no lleva a ninguna parte.
Se la podría considerar muy buena persona, ya que ejerce de madre y consoladora de todas sus chicas y las protege de cualquier abuso. Tiene sus propios principios como no juzgar a al gente por su pasado, aunque es muy seguidora de la religión hindú especialmente de la diosa Khali, ya que es extremadamente vengativa con quienes la traicionan. Sin embargo por otro lado, puede ser maliciosa y fingir una personalidad distinta cuando se trata de negocios, por lo que con los visitantes del burdel se vuelve melosa y cándida o tremendamente fiera si lo requiere la situación. Tiene un ojo rapidísimo para los negocios y es incansable en cuanto a los acuerdos para conseguir lo que quiere. Habla tanto hindi como inglés, ambos de manera muy refinada y cuidada, ya que los caballeros que la visitan son de las altas esferas y debe comunicarse con ellos en el mismo registro. Por esa razón es como una esponja, especialmente para asumir costumbres y noticias, o los nuevos cambios en la moda y la cultura, aunque realmente no entienda de lo que está hablando.
El amor de su vida fue un misterioso hombre del que no quiere hablar a nadie y que es el padre de su hija Ceanna. Ella es lo que más le importa en este mundo y todo lo que hace, lo hace en pos de su futuro. Es muy protectora con ella y no quiere que su reputación se vea afectada por la profesión que lleva a cabo. Por ello siempre la lleva a barrios lejanos al Soho, aún así, la educa en la naturalidad y en que tiene que aprender que en casa puede ser una persona y de cara al mundo otra, y que aunque eso no debería ser así, lo tiene que hacer. Suele estar bastante nostálgica por la India y triste porque sabe que un día, el padre de su hija volverá a por ella, y no podrá impedir que se la lleve.
Historia
Querido padre.
Soy Azalea, tu hija, y esas dos cosas son las únicas que no han cambiado en mí, hasta mis ojos verdes que tanto te gustaban, ya han perdido el brillo de tanto usarlos para que los hombres caigan rendidos a mis pies. Apuesto lo que quieras a que me diste por muerta, o quizá preferiste hacerlo, después de que aquellos soldados ingleses me arrancasen de las manos de madre aquella aciaga mañana en el mercado, y ella no pudiera retenerlos. Preferiste no pensar de cuantas maneras me podrían haber deshonrado. Más tarde supe que uno de aquellos dos soldados me había visto en el mercado días antes y había visto un buen negocio, a pesar de ser sólo una niña de seis años; el otro se enamoró de mí.
Lo cierto es que no me tocaron un pelo, pero eso no significa que para mí no fueran días terroríficos. Viajé sola en el sótano del barco, atacada por las náuseas del mareo, en un lugar frío y húmedo, con poca comida, atenazada por el miedo y tan sólo deseando que todo aquello hubiese sido una pesadilla. Cuando me sacaron, esperaba ver la luz del sol, pero sentí el aire más frío que había sentido en mi vida y una humedad que se introducía hasta los huesos, el humo ahogaba mis fosas nasales, junto con el olor a pescado y a agua estancada. Aquel día, mientras esperaba a que vinieran a por mí, un soldado se quedó conmigo en el muelle y pude ver una imagen que se me grabó para siempre en la cabeza. Un barco ballenero llegaba y, con él, una enorme red con una ballena. Nunca había visto una criatura similar, pero me pareció indefensa a la par que hermosa. Lloré al ver sus arponazos y sus tristes ojos. No me dio tiempo a ver mucho más.
Ginger, la Madame de mi burdel me inspeccionó y acto seguido dedujo que yo sería una buena mercancía. Me relegó a limpiar y atender a las chicas hasta los catorce años. Me colocó en una habitación gris, con una pequeña ventana y dos camastros, el de Raine y el mío. Raine tenía doce años y era la tercera de ocho niños. Su madre y ella trabajaban en la fábrica de cerillas, pero eso no era suficiente para alimentar a todos. Ella me contó lo que habíamos venido a hacer y yo le pregunté si alguien nos enseñaría. Ella contestó que no, que tendríamos que aprenderlo nosotras, y mi respuesta fue “¿y entonces que nos hará diferentes?”. No hubiese sobrevivido si no hubiese sido por ella y por su madre, que me consolaban cuando la tristeza me atenazaba y la desesperación se apoderaban de mí.
Ese fue el comienzo de mi vida actual. El tiempo pasaba y yo pude auscultar a la sociedad londinense casi a la perfección. Era consciente de que los hombres me pedían más a mí por mis ojos verdes, por mi piel morena y porque Ginger les decía que era india. Los años pasaron y Raine fue mi salvadora una vez más. Fue ella quien encontró a aquel soldado que se había enamorado de mí cuando me trajo a Inglaterra. Cuando él le habló de mí, ella me reconoció en sus palabras, y podría haberlo obviado, podría haberse beneficiado del caballero y no venir a buscarme inmediatamente. Ella sabía que él querría ser mi dueño y así acabaría mi sacrificada vida, yo tenía entonces veinte años.
El sargento Keller me llevó a vivir con él. Vivía en una casa que algún día fue grandiosa en el Soho, pero ahora no era más que un palacete demasiado grande y descuidado, lleno de objetos valiosos que tan sólo acumulaban polvo. Empecé a vivir mejor, y animé al sargento a restaurar la casa. ¿Que tenía que entregarme a él? Sí, pero ahora tenía una habitación enorme, una cama cómoda y vestidos de seda de cuando en cuando. Al sargento le gustaba que me hiciera sharis y que, con las joyas que encontrara por la casa, cantara y bailara en el salón ¿recuerdas cómo presumíais madre y tú de mi bella voz? Parece que hay cosas que parecen igual de bellas en todo el mundo. Pronto empezaron a venir amigos del sargento, todos para contemplar la belleza de mis bailes. Todos ellos estaban locos por la India y lo oriental, algunos incluso me hablaban en hindi. Al principio, yo me quedaba callada en aquellas reuniones, pero aplicando el oído empecé a saber de política, de cultura, incluso de los cotilleos de la ciudad. Además, el sargento me llevaba a la ópera y al teatro y me convertí en toda una experta en sociedad, pudiendo hablar con los caballeros, que encontraban encantadora a una india que además sabía mantener una conversación con ellos. Esa fue la base que germinó en mi cabeza para construir mi negocio actual. Pero eso no iba a poder hacerlo sola.
Por aquellos días, el sargento Keller participaba en un negocio de mercancías indias, y algunas veces me llevaba al puerto a ver como descargaban. Allí conocí a los cargueros indios y hablaba con ellos. Poco a poco me vi llegando a acuerdos satisfactorios respecto al té o las especias en beneficio de la empresa de mi benefactor. Así pues, cuando el sargento empezó a sentir que los efectos de la enfermedad de su estómago, tuve que ir yo sola con los socios al puerto a negociar. ¿Mi condición? Quedarme una pequeña parte del producto, y aceptaron porque los indios sólo se fiaban de mí a la hora de vender. En un principio esa pequeña parte era para mí, quería tener cosas de la India en mi vida, pero poco a poco, empecé a ofrecérselas a mis visitantes y lo más sorprendente es que me las pagaban, y empecé a tener dinero propio. Es una sensación magnífica padre, eso nunca me había pasado y de verdad que te sientes poderoso. Pero mi suerte parecía a punto de cambiar.
El sargento murió en Noviembre de aquel año. No tenía familia así que sus socios se hicieron cargo de todo, y yo, me veía en la calle. Pero el día de su funeral aquellos siniestro personajes se acercaron y me propusieron algo. En absoluto secreto e ilegalidad, yo trabajaría con ellos para hacer negocios con los indios, y a cambio me llevaría el 10% de la mercancía y toda la herencia del sargento Keller, incluida la casa del Soho, para ellos, ricos peces gordos, una casa derruida y su exigua cantidad de libras, ni significaban nada. Acepté, pues era la única esperanza que me quedaba de acabar con mi vida de sometimiento a alguien.
Lo primero que hice fue buscar a Raine, a su anciana madre y a todos sus hermanos a vivir a la casa del Soho, y allí esperé que me aconsejaran que hacer. El negocio que tenía pensado con las mercancías no daría sus frutos hasta tiempo después… ¿volver a mi vida de antes? No, eso nunca. Decidí organizar mi propio burdel con el dinero del sargento, pero yo sí que enseñaría a mis chicas. Me dediqué durante días a buscar a las más exóticas y convencerlas de unirse a mí. Mi concepto era crear chicas bailarinas, cantantes, cultas, que dieran conversación a los clientes, todas dotadas de ese aire oriental, que no fueran putas de puerto, y no tuvieran clientes de putas de puerto. Usé el dinero del sargento para remodelar la casa y darle una aire oriental y las primeras ganancias para comprarles trajes a mis chicas. Evidentemente no llevan sharis de seda pero ¿crees que ellos se dan cuenta?. El Nimbooda Mahala fue un éxito desde el principio, y el negocio de las mercancías de contrabando va de maravilla. A día de hoy aún recojo niñas indias y orientales, las educo para impresionar, y al menos no se venden a un animal que las maltrata, la mayoría consigue un dueño que las colma de regalos. En cuanto a mí, hace exactamente cinco años que no comparto lecho con ningún hombre. Me limito a sentarme con ellos en la primera planta del burdel, donde está el cabaret, les vendo cigarros indios, hablo con ellos de política y les río los chistes mientras ellos beben aguardiente y whisky y ven bailar a mis hermosas asiáticas. Alguna vez hasta bailo yo. Soy Azalea Raine, Raine como mi amiga, ya fallecida, a la que añadí en mi nombre para que quedara constancia de que lo que soy hoy en día se lo debo a ella.
Aún tengo algo más que contarte, si es que no has dejado de leer la primera vez que leíste que tu hija tuvo que prostituirse desde los catorce años. Tengo una hija de cinco años llamada Ceanna. Es preciosa, tiene los ojos azules y el pelo marron oscuro, y la piel como la nieve. Es mi vida y todo lo que hago lo hago por ella. Su padre es el único hombre que he amado en mi vida, padre, pero tengo miedo. El me la quitará y lo sé. Es poderoso, y el día que la reclame se la llevará para siempre. Hoy en día me siento como aquella ballena que vi al llegar al puerto de Londres, una criatura noble y fuerte, rendida por los arponazos de la vida, a la voluntad de los hombres.
Otros Datos Gustos: ✦ La luz de las velas (la prefiere a la luz eléctrica) ✦ Estar con su hija Ceanna ✦ Todo lo que le recuerde a la India, como las especias y los trenes Disgustos: ✦ El mal tiempo de Londres ✦ Los presuntuosos, y tiene que aguantarlos a menudo ✦ La doble moral Fobias: ✦ Que le pase algo malo a Ceanna ✦ La familia del padre de Ceanna Enfermedades: ✦ No es una enfermedad, pero desde que fue madre sufre bajadas de tensión muy fuertes y repentinas Animal (sólo Thyra) ✦We all have a beast within. |
- Spoiler:
- I’ve crossed oceans of time
Última edición por Azalea Raine el Lun Ago 17, 2015 9:15 am, editado 3 veces
Re: Azalea ID
No solo las Criaturas de la Noche y sus enemigos caminan en la oscuridad londinense, en vuestra mano esta sobrevivir a las sombras.
O caer rendida ante ellas.
O caer rendida ante ellas.
Jack el Destripador- Ambientación
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