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ienvenidos a Darkness Revival.Estais a punto de adentraros en Londres, año 1890, una época tan peligrosa como atrayente. La alta sociedad se mueve entre bailes oficiales, bodas, cabarets y fumaderos de opio. Las prostitutas y mendigos se ganan como pueden la vida, engañando, robando o estafando. Pero hay algo mucho mas oscuro en las calles de la ciudad del Támesis, más oscuro aún que el terrible Jack. Seres sobrenaturales como brujas, vampiros, metamorfos y malditos se esconden entre los miembros de la sociedad, temerosos de la sangrienta hermandad que les persigue: la Black Dagger Brotherhood. ¿Sobrevivirás? .
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Cada dia lo arruinas mas (Azalea & cia)
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Darkness Revival :: West End :: Soho
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Cada dia lo arruinas mas (Azalea & cia)
El carro tirado a caballos tenia prisas, mucha prisa. Alexandra sabia que no le quedaba mucho tiempo y que cada dia que pasaba mas dificil se le hacia controlar a su marido. Lo habia hecho con mentiras y falsas promesas pero ahora necesitaba drogarlo para dormirle durante varias horas o en caso contrario enfermarlo. Pero esta vez el escurridizo marido se las había ingeniado para escurrirse al barrio de Soho en donde había un burdel bastante peculiar: El Ninbooda. ¿Como lo sabia? Fácil, muchos ojos en todas partes, y mas aun en la noche. Así que con ese dato la vampira se vistió con un buen vestido nocturno de color negro y salio a buscarlo.
El carro se detuvo frente a a aquella casa del placer y la joven cabellos rubios bajo de el a paso acelerado para meterse adentro de esa casa del placer. -Con su permiso- Dijo a un par de personas que se encontraban en la entrada charlando, "Hey que esta no es la esposa de DuPoint?!" "El tio que esta alli dentro?! Joder, se va a armar una de las grandes!" Comentaron un par de caballeros en voz baja mientras miraban incredulos a la joven perderse en entre los caballeros y meretrices.
-DuPoint!- Llamo a su marido con un tono furico, identificiandolo en las cercanías y hablándole bien de cerca y muy melosamente a una de las meretrices del lugar mientras sostenía una copa de vino en claro estado de ebriedad, aunque aun manteniendo su cordura. -Cariño que demonios estas haciendo aqui?! El negocio con la ferroviarias tuyo es en dos dias! Eres un tonto! Estas echando todo a perder si se corre el rumor de que vienes a estos lugares y me eres infiel! Vas a joderlo todo maldito inútil! Eres mi marido! Vamos a casa! Ya! Ahora!- La mujer gritaba en medio de todo el mundo. Podía notarse una clara paidez en ella aunque energías para gritarle a su marido no le faltaban. De todas formas aquel escándalo fue un tanto "raro". Un caballero casi siempre tenia los recaudo necesarios para evitar estas situaciones, y en caso de que la mujer se enterara generalmente le reclamaba a las amantes y no al mismo marido. -eehyyy cariño pero no estas en casa nunca y ni siquiera puedo meterte en la cama como quieres que...AH!...maldita!- La cachetada en la mejilla izquierda por parte de Alexandra no se hizo esperar. Ni siquiera llego a completar la frase cuando le dio vuelta la cara de un cachetazo y todos allí se quedaron mirando. Algunos con el clásico "Ohhhhhhhhhhhh" mostrando su asombro. El hombre levanto una mano hacia arriba y Alexandra lo miro sonriente -Ni se te ocurra, sabes que pierdes si así lo haces- Le comento. "Vaya...que mujer" "Y que marido...jaja no puede controlarla...que perdedor" "Si, vamos a contarle a todos esto". Las voces y cuchicheos de los hombres tampoco se esperaron llegar. Pronto algunos caballero ya perdieron el interés por las chicas del lugar y salieron del local, estando mas interesados en esparcir los rumores que por obtener placer. -Ve a casa! Luego hablamos!...Yo te alcanzare luego- Y dicho esto el hombre se fue, avergonzado y furioso. Tropezó con un cantero a al salida pero rápidamente se incorporo y salio del lugar, tomo el carro y desapareció en la noche.
-Mil disculpas por el comportamiento de mi esposo- Comento hacia Azalea girándose y haciéndole una leve reverencia. -Si esto ha causado algún daño yo puedo compensarlo- La vampiresa no emitió una sonrisa ni nada ante ella. Sabia que este escándalo se esparciría como peste por todo Londres. Pero seria mas a su favor y perjudicial para el. Quizás algunas damas de alta sociedad le llamen para tomar te y asi hablar de su "osadia" . Porque vamos que pegarle a un marido en pleno publico no se veía muy a menudo.., mas bien casi nunca. -Soy Alexandra Bloodheart..usted es?-
El carro se detuvo frente a a aquella casa del placer y la joven cabellos rubios bajo de el a paso acelerado para meterse adentro de esa casa del placer. -Con su permiso- Dijo a un par de personas que se encontraban en la entrada charlando, "Hey que esta no es la esposa de DuPoint?!" "El tio que esta alli dentro?! Joder, se va a armar una de las grandes!" Comentaron un par de caballeros en voz baja mientras miraban incredulos a la joven perderse en entre los caballeros y meretrices.
-DuPoint!- Llamo a su marido con un tono furico, identificiandolo en las cercanías y hablándole bien de cerca y muy melosamente a una de las meretrices del lugar mientras sostenía una copa de vino en claro estado de ebriedad, aunque aun manteniendo su cordura. -Cariño que demonios estas haciendo aqui?! El negocio con la ferroviarias tuyo es en dos dias! Eres un tonto! Estas echando todo a perder si se corre el rumor de que vienes a estos lugares y me eres infiel! Vas a joderlo todo maldito inútil! Eres mi marido! Vamos a casa! Ya! Ahora!- La mujer gritaba en medio de todo el mundo. Podía notarse una clara paidez en ella aunque energías para gritarle a su marido no le faltaban. De todas formas aquel escándalo fue un tanto "raro". Un caballero casi siempre tenia los recaudo necesarios para evitar estas situaciones, y en caso de que la mujer se enterara generalmente le reclamaba a las amantes y no al mismo marido. -eehyyy cariño pero no estas en casa nunca y ni siquiera puedo meterte en la cama como quieres que...AH!...maldita!- La cachetada en la mejilla izquierda por parte de Alexandra no se hizo esperar. Ni siquiera llego a completar la frase cuando le dio vuelta la cara de un cachetazo y todos allí se quedaron mirando. Algunos con el clásico "Ohhhhhhhhhhhh" mostrando su asombro. El hombre levanto una mano hacia arriba y Alexandra lo miro sonriente -Ni se te ocurra, sabes que pierdes si así lo haces- Le comento. "Vaya...que mujer" "Y que marido...jaja no puede controlarla...que perdedor" "Si, vamos a contarle a todos esto". Las voces y cuchicheos de los hombres tampoco se esperaron llegar. Pronto algunos caballero ya perdieron el interés por las chicas del lugar y salieron del local, estando mas interesados en esparcir los rumores que por obtener placer. -Ve a casa! Luego hablamos!...Yo te alcanzare luego- Y dicho esto el hombre se fue, avergonzado y furioso. Tropezó con un cantero a al salida pero rápidamente se incorporo y salio del lugar, tomo el carro y desapareció en la noche.
-Mil disculpas por el comportamiento de mi esposo- Comento hacia Azalea girándose y haciéndole una leve reverencia. -Si esto ha causado algún daño yo puedo compensarlo- La vampiresa no emitió una sonrisa ni nada ante ella. Sabia que este escándalo se esparciría como peste por todo Londres. Pero seria mas a su favor y perjudicial para el. Quizás algunas damas de alta sociedad le llamen para tomar te y asi hablar de su "osadia" . Porque vamos que pegarle a un marido en pleno publico no se veía muy a menudo.., mas bien casi nunca. -Soy Alexandra Bloodheart..usted es?-
Última edición por Alexandra Bloodheart el Miér Sep 09, 2015 10:30 am, editado 1 vez
Alexandra Bloodheart- Clase Alta
- Localización : En todas partes y a la vez en ninguna
Re: Cada dia lo arruinas mas (Azalea & cia)
Era una noche más en el Nimbooda, una noche de trabajo para Aisha. Tras haber estado bailando durante un rato, contoneándose de aquí para allá enfundada en un vestido dorado de dos piezas, que dejaba su tripa y cintura al aire, la joven había recibido una llamada. Al parecer, un hombre quería pasar un rato a solas con ella.
Aisha deshizo su moño y dejó que su cabello descansase sobre sus hombros y su espalda, y se encaminó hacia el lugar que le habían indicado. Allí la esperaba un hombre bien vestido, de aspecto pulcro y sonrisa que pretendía ser encantadora pero que simplemente se quedaba en una mueca, sujetando una copa de lo que parecía vino en una de sus manos.
-Espero que haya disfrutado del espectáculo.-Saludó, esbozando una encantadora sonrisa. Antes de que pudiese oír una respuesta por parte del hombre, Aisha ya se encontraba rodeada por su brazo y pegada a él. Se encontraba tan cerca que podía oler su colonia e incluso identificar algunas canas que ya habían comenzado a aparecer en su cabello oscuro. Con un vistazo que disimuló tras un par de inocentes pestañeos, Aisha supo cómo continuar. Aquel hombre tenía, tras aquella fachada, un aspecto devastador, seguramente provocado por una carencia afectiva en su matrimonio. No le sorprendía demasiado, pues cualquier mujer mínimamente inteligente podría manipular a su antojo a aquel pobre desgraciado.-Mi nombre es Aisha, y espero que, mientras estés conmigo, olvides todo lo demás.-Y cuando se disponía a besarle, un torbellino entró en la sala.
Sobresaltada, Aisha se apartó rápidamente de aquel hombre y apoyó la espalda en la pared, observando aquella patética escena. Casi sentía lástima por la que se le venía encima a aquel empresario.
Sin embargo, algo extraño sucedió cuando posó la vista en la furia en la que se había convertido la mujer que les había interrumpido. Una sombra parecía envolver su delgada figura, una sombra de color rojo escarlata que se movía cuando ella lo hacía. Lo que más alarmó a Aisha fue el repentino sabor a sangre que inundó su boca. Alarmada, la joven se llevó una mano a los labios para verificar si sangraba, y al no encontrar ningún rastro en el dorso de su mano, se asustó.
La escenita continuaba desarrollándose a su alrededor, pero Aisha sólo tenía ojos para la mujer. O, más bien, para aquello que envolvía a la mujer. Ni siquiera escuchó la réplica del marido ante tales atrevimientos. Simplemente se encontraba paralizada en una esquina, presa del terror provocado por ese sabor a sangre que no abandonaba su cuerpo y que le provocaba nauseas.
Cuando Azalea entró en la sala, evidentemente atraída por todo aquel escándalo, Aisha se sintió aliviada. Instintivamente, la joven bailarina se colocó detrás de la mujer que una vez la rescató de la calle y aguardó allí. ¿Disculpas por el comportamiento del hombre? La que debería disculparse era ella por aquel comportamiento tan insolente. Lejos de guardarse sus reflexiones para ella, y respaldada por la figura de Azalea, la joven alzó la voz.-Debería compensar económicamente lo que su marido debe por el vino y por el… baile.
La osadía de Aisha podía ser confundida muy fácilmente con estupidez, pero no soportaba que la interrumpiesen mientras trabajaba. Si un marido era descubierto, que fuese reprochado en su casa, no en el Nimbooda. Ella no tenía la culpa de las carencias afectivas en los matrimonios, simplemente cumplía con su trabajo. Y eso era algo que el resto del mundo debía entender.
Sin embargo, pese a su enfado por todo aquel montaje, Aisha seguía preocupada por el regusto en su paladar, el cual había comenzado a sentir desde que aquella mujer había entrado en la sala. ¿Qué estaba sucediendo allí realmente?
Aisha deshizo su moño y dejó que su cabello descansase sobre sus hombros y su espalda, y se encaminó hacia el lugar que le habían indicado. Allí la esperaba un hombre bien vestido, de aspecto pulcro y sonrisa que pretendía ser encantadora pero que simplemente se quedaba en una mueca, sujetando una copa de lo que parecía vino en una de sus manos.
-Espero que haya disfrutado del espectáculo.-Saludó, esbozando una encantadora sonrisa. Antes de que pudiese oír una respuesta por parte del hombre, Aisha ya se encontraba rodeada por su brazo y pegada a él. Se encontraba tan cerca que podía oler su colonia e incluso identificar algunas canas que ya habían comenzado a aparecer en su cabello oscuro. Con un vistazo que disimuló tras un par de inocentes pestañeos, Aisha supo cómo continuar. Aquel hombre tenía, tras aquella fachada, un aspecto devastador, seguramente provocado por una carencia afectiva en su matrimonio. No le sorprendía demasiado, pues cualquier mujer mínimamente inteligente podría manipular a su antojo a aquel pobre desgraciado.-Mi nombre es Aisha, y espero que, mientras estés conmigo, olvides todo lo demás.-Y cuando se disponía a besarle, un torbellino entró en la sala.
Sobresaltada, Aisha se apartó rápidamente de aquel hombre y apoyó la espalda en la pared, observando aquella patética escena. Casi sentía lástima por la que se le venía encima a aquel empresario.
Sin embargo, algo extraño sucedió cuando posó la vista en la furia en la que se había convertido la mujer que les había interrumpido. Una sombra parecía envolver su delgada figura, una sombra de color rojo escarlata que se movía cuando ella lo hacía. Lo que más alarmó a Aisha fue el repentino sabor a sangre que inundó su boca. Alarmada, la joven se llevó una mano a los labios para verificar si sangraba, y al no encontrar ningún rastro en el dorso de su mano, se asustó.
La escenita continuaba desarrollándose a su alrededor, pero Aisha sólo tenía ojos para la mujer. O, más bien, para aquello que envolvía a la mujer. Ni siquiera escuchó la réplica del marido ante tales atrevimientos. Simplemente se encontraba paralizada en una esquina, presa del terror provocado por ese sabor a sangre que no abandonaba su cuerpo y que le provocaba nauseas.
Cuando Azalea entró en la sala, evidentemente atraída por todo aquel escándalo, Aisha se sintió aliviada. Instintivamente, la joven bailarina se colocó detrás de la mujer que una vez la rescató de la calle y aguardó allí. ¿Disculpas por el comportamiento del hombre? La que debería disculparse era ella por aquel comportamiento tan insolente. Lejos de guardarse sus reflexiones para ella, y respaldada por la figura de Azalea, la joven alzó la voz.-Debería compensar económicamente lo que su marido debe por el vino y por el… baile.
La osadía de Aisha podía ser confundida muy fácilmente con estupidez, pero no soportaba que la interrumpiesen mientras trabajaba. Si un marido era descubierto, que fuese reprochado en su casa, no en el Nimbooda. Ella no tenía la culpa de las carencias afectivas en los matrimonios, simplemente cumplía con su trabajo. Y eso era algo que el resto del mundo debía entender.
Sin embargo, pese a su enfado por todo aquel montaje, Aisha seguía preocupada por el regusto en su paladar, el cual había comenzado a sentir desde que aquella mujer había entrado en la sala. ¿Qué estaba sucediendo allí realmente?
Re: Cada dia lo arruinas mas (Azalea & cia)
Azalea estaba con su amigo Farhad fumando kanje. Farhad y ella llevaban casi diez años de prósperas negociaciones, eran buenos amigos, y él comprendía sus desazones y desvelos, y a su vez le contaba los problemas que le traía la vida en el mar. Estaban tranquilamente sentados en el suelo, apoyados en cojines, cuando depronto la puerta se abrió sin llamar. Por un momento pensó que era grave, pero tan sólo era Radha, siendo impertinente, o más bien, siendo ella misma. Se apoyó sobre el marco y se fruzó de brazos con una sonrisa de satsifacción.
-Creo que tienes que ir en ayuda de Miss Pureza. Una esposa enfurecida que se la quiere comer- Azalea suspiró. No sabía si ocuparse primero de la falta de respeto de Radha o si salir corriendo a ver qué pasaba. Eligió algo intermedio
-Ya hablaremos tu y yo- dijo sombríamente, y dejó a Radha con Farhad,saliendo hacia las habitaciones del primer piso. No era la primera esposa exhaltada contra la que se enfrentaba, y sabía la época turbulenta que traía ese tipo de altercados, por eso había que resolverlo lo antes posible. Sin embargo, cuando llegó a la escena hubo muchas cosas que no le pareció que estuvieran en su sitio. Para empezar, aquella no era la típica esposa exhaltada, era muy joven y has dolientemente hermosa, con la piel como de porcelana, de hecho parecía mucho mejor partido que su grande y torpón marido, lo cual en los tiempos que corría no aseguraba ni mucho menos el amor, pero si la no necesidad de acudir a su Palacio. Lo otro que no estaba en su sitio era la cara de pánico de Aisha. Cierto que ella sabía por experiencia la mala sensación de verte descubierta por otra mujer con su hombre, te sentías siempre un poco traidora, pero la cara de la india no era esa. Sus hermosos ojos reflejaban terror, y aunque Aisha tendía a ser un poco tremendista, su terror era sincero. Cuando se colocó tras ella la miró a los ojos y tomando su manos preguntó en voz baja
-¿Te ha hecho algo?- pero justo después pareció reunir coraje suficiente para contestar a la mujer. Otra cosa más que hacía esa situación peculiar era la actitud que había asumido la tal Alexandra, con un apellido cuanto menos peculiar. Azalea retomó su actitud sobria y respondió- Yo soy Azalea Raine, dueña de este local, y ella es Aisha. Siento que se haya visto en esta situación, señora Bloodheart, pero nuestros clientes rara vez explican su situación personal y nosotras nos limitamos a hacer nuestro trabajo. Pero ya que lo pregunta, se debe lo que ha dicho Aisha,pero si prefiere ir a un lugar más discreto a hablar de este asunto- y señaló escaleras arrriba, pues los clientes se agolpaban y el escándalo era palpable, aquello les iba a salir mas caro de lo que Alexandra pudiera pagar.
-Creo que tienes que ir en ayuda de Miss Pureza. Una esposa enfurecida que se la quiere comer- Azalea suspiró. No sabía si ocuparse primero de la falta de respeto de Radha o si salir corriendo a ver qué pasaba. Eligió algo intermedio
-Ya hablaremos tu y yo- dijo sombríamente, y dejó a Radha con Farhad,saliendo hacia las habitaciones del primer piso. No era la primera esposa exhaltada contra la que se enfrentaba, y sabía la época turbulenta que traía ese tipo de altercados, por eso había que resolverlo lo antes posible. Sin embargo, cuando llegó a la escena hubo muchas cosas que no le pareció que estuvieran en su sitio. Para empezar, aquella no era la típica esposa exhaltada, era muy joven y has dolientemente hermosa, con la piel como de porcelana, de hecho parecía mucho mejor partido que su grande y torpón marido, lo cual en los tiempos que corría no aseguraba ni mucho menos el amor, pero si la no necesidad de acudir a su Palacio. Lo otro que no estaba en su sitio era la cara de pánico de Aisha. Cierto que ella sabía por experiencia la mala sensación de verte descubierta por otra mujer con su hombre, te sentías siempre un poco traidora, pero la cara de la india no era esa. Sus hermosos ojos reflejaban terror, y aunque Aisha tendía a ser un poco tremendista, su terror era sincero. Cuando se colocó tras ella la miró a los ojos y tomando su manos preguntó en voz baja
-¿Te ha hecho algo?- pero justo después pareció reunir coraje suficiente para contestar a la mujer. Otra cosa más que hacía esa situación peculiar era la actitud que había asumido la tal Alexandra, con un apellido cuanto menos peculiar. Azalea retomó su actitud sobria y respondió- Yo soy Azalea Raine, dueña de este local, y ella es Aisha. Siento que se haya visto en esta situación, señora Bloodheart, pero nuestros clientes rara vez explican su situación personal y nosotras nos limitamos a hacer nuestro trabajo. Pero ya que lo pregunta, se debe lo que ha dicho Aisha,pero si prefiere ir a un lugar más discreto a hablar de este asunto- y señaló escaleras arrriba, pues los clientes se agolpaban y el escándalo era palpable, aquello les iba a salir mas caro de lo que Alexandra pudiera pagar.
Re: Cada dia lo arruinas mas (Azalea & cia)
Mientras duraba las replicas de Alexandra ella nunca puso la mirada en Aisha y su gesto de terror. Tenia los ojos y su lengua viperina puestas en su marido únicamente. Sabía bien que no iba a tardar para que la autoridad del lugar se presentase o algún representante de aquella casona tan particular. Sin embargo solo cuando las palabras de la mujer con piel de trigo emergieron de su boca fue cuando la vampiresa noto completamente su figura clavando la mirada en ella con media sonrisa sin hablarle. "Miedo" De dijo en sus adentros. Quizas era alguna de aquellas humanas especiales que sentían cosas, psíquicas, brujas etc . Ella ya se había topado con eso antes así que no se sorprendía demasiado.
-Lo se- Fue lo único que contesto ante la aparición de la dueña del local con una sonrisa en su boca. Una hermosa mujer proveniente de la India. La atención de la vampira entonces se centro en ella, no solo observándola con curiosidad sino mas bien con una pizca de gusto en su mirada. Su figura y quizás su sangre serian muy deliciosos. La muchacha asustadiza salió de sus prioridades para centrarse en la dueña y el lugar donde se hallaba. Últimamente Londres se había vuelto una ciudad cosmopolita y multicultural con cada vez más chinos, negros, asiáticos, americanos. Diferentes razas en una sola ciudad en donde cada una traía un pedacito de su cultura al imperio británico. Y que obviamente la gente se sentía atraída hacia aquellas minorías. –Si, así lo deseo. Hay demasiados ojos aquí y ahora, y este lugar... de verdad me ha despertado la curiosidad. Se respira a arte y eso me gusta mucho- Con esa respuesta había sido bastante honesta. Mucha gente para hablar en el piso de abajo y además le gusto bastante el ambiente. La danza era un arte para ella e intuía que algunas de las chicas de aquí (quizás la mayoría) sabría por lo menos bailar y cantar. Y siendo la líder de un clan ancestral en donde se reclutaban féminas con dotes artísticas el Ninbooda y sus chicas era el equivalente a un panal de abejas con mucha miel para un oso hambriento: Una delicia que no se podía ignorar. -Ella también puede venir si asi lo desea Srta Raine- Comento haciendo referencia a Aisha mientras se disponía a subir las escaleras.
-Srta Raine. Le doy mi palabra de que esto no se volverá a repetir. De hecho quizás mi esposo no vuelva más a este lugar, aunque no crea que usted ha perdido cliente…Tal vez “la” halla ganado- Tras ese comentario muy extraño llevo su mano a un costado de su corset, saco una moneda de oro muy antigua del pequeño bolsillo de este, tomo la mano de Azalea delicadamente con una mano y con la otra poso la moneda sobre la palma de la mano de la morena tocando un poco la piel con sus dedos. –Creo que esto compensara lo que le debe mi marido de vino y el baile de esta noche de la señorita Aisha. Vale más de lo que parece, solo tenga cuidado con los falsos tasadores. Hay mucha gente mentirosa en este mundo-
-Lo se- Fue lo único que contesto ante la aparición de la dueña del local con una sonrisa en su boca. Una hermosa mujer proveniente de la India. La atención de la vampira entonces se centro en ella, no solo observándola con curiosidad sino mas bien con una pizca de gusto en su mirada. Su figura y quizás su sangre serian muy deliciosos. La muchacha asustadiza salió de sus prioridades para centrarse en la dueña y el lugar donde se hallaba. Últimamente Londres se había vuelto una ciudad cosmopolita y multicultural con cada vez más chinos, negros, asiáticos, americanos. Diferentes razas en una sola ciudad en donde cada una traía un pedacito de su cultura al imperio británico. Y que obviamente la gente se sentía atraída hacia aquellas minorías. –Si, así lo deseo. Hay demasiados ojos aquí y ahora, y este lugar... de verdad me ha despertado la curiosidad. Se respira a arte y eso me gusta mucho- Con esa respuesta había sido bastante honesta. Mucha gente para hablar en el piso de abajo y además le gusto bastante el ambiente. La danza era un arte para ella e intuía que algunas de las chicas de aquí (quizás la mayoría) sabría por lo menos bailar y cantar. Y siendo la líder de un clan ancestral en donde se reclutaban féminas con dotes artísticas el Ninbooda y sus chicas era el equivalente a un panal de abejas con mucha miel para un oso hambriento: Una delicia que no se podía ignorar. -Ella también puede venir si asi lo desea Srta Raine- Comento haciendo referencia a Aisha mientras se disponía a subir las escaleras.
-Srta Raine. Le doy mi palabra de que esto no se volverá a repetir. De hecho quizás mi esposo no vuelva más a este lugar, aunque no crea que usted ha perdido cliente…Tal vez “la” halla ganado- Tras ese comentario muy extraño llevo su mano a un costado de su corset, saco una moneda de oro muy antigua del pequeño bolsillo de este, tomo la mano de Azalea delicadamente con una mano y con la otra poso la moneda sobre la palma de la mano de la morena tocando un poco la piel con sus dedos. –Creo que esto compensara lo que le debe mi marido de vino y el baile de esta noche de la señorita Aisha. Vale más de lo que parece, solo tenga cuidado con los falsos tasadores. Hay mucha gente mentirosa en este mundo-
Alexandra Bloodheart- Clase Alta
- Localización : En todas partes y a la vez en ninguna
Re: Cada dia lo arruinas mas (Azalea & cia)
-No, pero...-Aisha fue cortada por la mujer rubia, y no tuvo tiempo de advertir a Azalea sobre su presentimiento.
Aquella sensación seguía presente, y por mucho que intentase calmar sus nervios, sus manos desprendían un leve tembleque que ocultó tras los pliegues de su falda. No quería mostrar debilidad ante la mujer que la había descubierto, pues se sentía la más joven e inexperta en aquella curiosa reunión.
-Sí, lo deseo.-El tono de la bailarina fue seco y cortante. Bajo ningún concepto iba a dejar sola a Azalea con aquella inquietante mujer, que parecía comérsela con la mirada.Subió la última aquellas escaleras, y en rápido movimiento, dio un suave tirón al brazo de su amiga para captar su atención.-¿No notas que hay algo extraño en todo esto, Azalea?.-Fue una frase corta, pues no le dio tiempo a verbalizar sus pensamientos, ya que habían llegado al lugar íntimo que la dueña del local había ofrecido.
A cada frase que la mujer soltaba, Aisha iba sospechando cada vez más. ¿Y si quería hacer algún tipo de trato con Azalea?Desde luego, no parecía una mujer que acababa de descubrir a su marido con una mujer más joven que ella. Más bien parecía satisfecha de que todo aquello hubiese ocurrido. Comenzaba a sentirse incómoda en aquel cruce de miradas, pues hubiesen sido más comunes en un hombre que en una mujer. Entonces, Aisha decidió que usaría ese encanto natural del que todo el mundo hablaba para poder descubrir algo más sobre ella.
-No era mi intención causarle ninguna molestia, señora Bloodheart. Siento mucho la escena que ha tenido que montar, y también me gustaría pedir disculpas por mis modales.-Mientras hablaba, Aisha fingía parpadear de forma inocente, adoptando la posición de alguien que parecía no haber hecho nada malo en su vida, a la vez que trataba de descubrir algún tipo de reacción diferente en aquella mujer tan conmedida.
Tampoco iba a pasarse de impertinente, por lo que obvió el comentario acerca de haber ganado una cliente. Dudaba seriamente que una mujer como ella frecuentase burdeles, y dudaba aún más volver a verla algún día. Pese a todo, su postura seguía siendo amenazadora e intimidante, al menos para Aisha.-Quizás pueda compensarla de algún modo, si así lo desea, por todo lo ocurrido aquí esta noche.-Miró de soslayo a Azalea, atenta a cual sería la respuesta ante todo aquello.
Aquella sensación seguía presente, y por mucho que intentase calmar sus nervios, sus manos desprendían un leve tembleque que ocultó tras los pliegues de su falda. No quería mostrar debilidad ante la mujer que la había descubierto, pues se sentía la más joven e inexperta en aquella curiosa reunión.
-Sí, lo deseo.-El tono de la bailarina fue seco y cortante. Bajo ningún concepto iba a dejar sola a Azalea con aquella inquietante mujer, que parecía comérsela con la mirada.Subió la última aquellas escaleras, y en rápido movimiento, dio un suave tirón al brazo de su amiga para captar su atención.-¿No notas que hay algo extraño en todo esto, Azalea?.-Fue una frase corta, pues no le dio tiempo a verbalizar sus pensamientos, ya que habían llegado al lugar íntimo que la dueña del local había ofrecido.
A cada frase que la mujer soltaba, Aisha iba sospechando cada vez más. ¿Y si quería hacer algún tipo de trato con Azalea?Desde luego, no parecía una mujer que acababa de descubrir a su marido con una mujer más joven que ella. Más bien parecía satisfecha de que todo aquello hubiese ocurrido. Comenzaba a sentirse incómoda en aquel cruce de miradas, pues hubiesen sido más comunes en un hombre que en una mujer. Entonces, Aisha decidió que usaría ese encanto natural del que todo el mundo hablaba para poder descubrir algo más sobre ella.
-No era mi intención causarle ninguna molestia, señora Bloodheart. Siento mucho la escena que ha tenido que montar, y también me gustaría pedir disculpas por mis modales.-Mientras hablaba, Aisha fingía parpadear de forma inocente, adoptando la posición de alguien que parecía no haber hecho nada malo en su vida, a la vez que trataba de descubrir algún tipo de reacción diferente en aquella mujer tan conmedida.
Tampoco iba a pasarse de impertinente, por lo que obvió el comentario acerca de haber ganado una cliente. Dudaba seriamente que una mujer como ella frecuentase burdeles, y dudaba aún más volver a verla algún día. Pese a todo, su postura seguía siendo amenazadora e intimidante, al menos para Aisha.-Quizás pueda compensarla de algún modo, si así lo desea, por todo lo ocurrido aquí esta noche.-Miró de soslayo a Azalea, atenta a cual sería la respuesta ante todo aquello.
Re: Cada dia lo arruinas mas (Azalea & cia)
Aisha tenía razón. En esa mujer había un "pero". Con todo y con eso se las había visto en peores (señoras que gustaban de ver a sus maridos en plena faena con otras por ejemplo) así que se limitó a alzar la ceja y sonreír de medio lado, sibilinamente, dejando intuir, con su esencia más india y misteriosa, pues parecía que era aquello lo que le gustaba a aquella mujer, y levantó la mano señalando escaleras arriba
-Por supuesto, aunque créame una cosa, señora Bloodheart, la mayoría de los que ha presenciado este desagradable incidente no querrán reconocer que estuvieron aquí para verlo de cara al público- aunque la reputación no parecía estar entre las prioridades de aquella blanquísima mujer- Vayamos a mi propia habitación, allí no nos molestarán- por un momento temió que en la habitación quedase Radha, y tuviera una de sus múltiples enganchadas con Aisha, que por cierto había perdido repentinamente su dulzura, pero al ir llegando se dio cuenta de que Radha había dado buena cuenta de su amigo Farhad, y hasta le sacaría los cuartos.
Y hablando de cuartos, la tal Alexandra acababa de dejar una moneda impresionante en la mano de Aisha, que tampoco sabía bien qué hacer con ella. Con el afán de mantener aquella especie de calma tensa que llevaban desde que había empezado al conversación, tomó la mano de Aisha y la acarició, tranquilizándola y con una gran sonrisa
-Sabremos hacernos cargo, ella lo vale, eso y mucho más- dijo con orgullo. Eso pareció dar fuerzas a la india, mientras Azalea disponía los cojines por el suelo y traía copas esmaltadas en pan de oro y joyas engarzadas que guardaba para las visitas importantes, como embajadores o miembros de la realeza. Sacó el Goa, alcohol típico de la India y los dulces que le había traído Farhad, todo ello a juego con las copas- ¿Quiere un poco de licor de Goa? es una bebida de la India, muy fuerte, pero que se aromatiza con azafrán, agua de rosas y frutas- cruzó una mirada rápida con Aisha, y apenas dudó en echarle una buena cantidad en su copa, dejando la botellas de colores en el centro para que la mujer se sirviera cuanto quisiera.
Así pues, se recostó en el suelo y contempló la escena. La extraña, completamente tranquila, como quien se había acercado allí a pasear, parecía disfrutar del momento y sus palabras, cada vez que salían de la mortecina boca, le inquietaban, de la primera a la última. Aisha parecía haber recobrado su encanto natural y Azalea apostilló, en parte para animarla y en parte para descubrir más de la mujer y dijo- Sí, Aisha podría compensar cualquier desastre ocurrido aquí. Baila tan bien que parece que tiene a Shiva en los pies- torció un poco la cabeza, tratando de analizar la expresión de la rubia, como buscando una explicación en los oscuros y abisales ojos que miraban de hito en hito a las dos indias- Ha hablado usted de arte, señora Bloodheart ¿cree usted que hay arte en este sitio?
-Por supuesto, aunque créame una cosa, señora Bloodheart, la mayoría de los que ha presenciado este desagradable incidente no querrán reconocer que estuvieron aquí para verlo de cara al público- aunque la reputación no parecía estar entre las prioridades de aquella blanquísima mujer- Vayamos a mi propia habitación, allí no nos molestarán- por un momento temió que en la habitación quedase Radha, y tuviera una de sus múltiples enganchadas con Aisha, que por cierto había perdido repentinamente su dulzura, pero al ir llegando se dio cuenta de que Radha había dado buena cuenta de su amigo Farhad, y hasta le sacaría los cuartos.
Y hablando de cuartos, la tal Alexandra acababa de dejar una moneda impresionante en la mano de Aisha, que tampoco sabía bien qué hacer con ella. Con el afán de mantener aquella especie de calma tensa que llevaban desde que había empezado al conversación, tomó la mano de Aisha y la acarició, tranquilizándola y con una gran sonrisa
-Sabremos hacernos cargo, ella lo vale, eso y mucho más- dijo con orgullo. Eso pareció dar fuerzas a la india, mientras Azalea disponía los cojines por el suelo y traía copas esmaltadas en pan de oro y joyas engarzadas que guardaba para las visitas importantes, como embajadores o miembros de la realeza. Sacó el Goa, alcohol típico de la India y los dulces que le había traído Farhad, todo ello a juego con las copas- ¿Quiere un poco de licor de Goa? es una bebida de la India, muy fuerte, pero que se aromatiza con azafrán, agua de rosas y frutas- cruzó una mirada rápida con Aisha, y apenas dudó en echarle una buena cantidad en su copa, dejando la botellas de colores en el centro para que la mujer se sirviera cuanto quisiera.
Así pues, se recostó en el suelo y contempló la escena. La extraña, completamente tranquila, como quien se había acercado allí a pasear, parecía disfrutar del momento y sus palabras, cada vez que salían de la mortecina boca, le inquietaban, de la primera a la última. Aisha parecía haber recobrado su encanto natural y Azalea apostilló, en parte para animarla y en parte para descubrir más de la mujer y dijo- Sí, Aisha podría compensar cualquier desastre ocurrido aquí. Baila tan bien que parece que tiene a Shiva en los pies- torció un poco la cabeza, tratando de analizar la expresión de la rubia, como buscando una explicación en los oscuros y abisales ojos que miraban de hito en hito a las dos indias- Ha hablado usted de arte, señora Bloodheart ¿cree usted que hay arte en este sitio?
Re: Cada dia lo arruinas mas (Azalea & cia)
Solamente sonrió y asintió con la cabeza mientras escuchaba la respuesta de Azalea sobre la moral del público y de ir a su habitación. Estaba claro que la doble moral era un arma de doble filo y que podía usar eso para amedrentar al publico también. En un momento Azalea y Aisha se quedaron un poco atrás y no pudo escucharlas pero finalmente las tres llegaron a la habitación y la vampiresa no tardo en darle una pasada de vista con sus ojos a cada detalle de esta. Aquella mujer aun no había abandonado la india y al parecer no tenía ni las mas mínimas intenciones de hacerlo.
Se giro hacia Aisha observándole curiosa mientras hablaba y pedia disculpas, sabia que posiblemente aquella actitud era fingida pero al menos le era agradable ver eso que una actitud de miedo ante ella. ¿Sabria Aisha que era vampira?. Aquella pregunta rondo su cabeza por unos momentos pero fue descartada rápidamente pues no significaba nada realmente. Mas aun asi a Alexandra le costaba fingir sobre sus gustos personales. Los vampiros eran entes de naturaleza algo salvaje y comportarse era una misión difícil dia a dia. Pero no seria la unica ni la ultima vez que la gente supiese que le gustaba las mujeres. Una vez ella misma se fue a uno de estos "psicologos" contemporáneos a contarle sobre su gusto sexual sobre las féminas y este la catalogo como una "enferma mental" y una "pervertida". Todo un espectáculo de circo digno de un payaso que hace reír. Otra vez una de sus empleadas se entero también y cuando quizo esparcir el rumor tuvo que matarla. Con Aisha y Azalea le era difícil no salir a la luz. -Descuida, no ha pasado nada y todo quedara en el olvido, tal vez halla sido mi culpa, pero olvidemos esto si? No es lindo cuando un rostro bonito pide disculpas- Y dicho esto acerco su mano a la mejilla izquierda de Aisha solo para darle una suave caricia apenas conteniéndose y luego separarse para acostarse en uno de los cojines. Ambas mujeres serian excelentes vampiras si lograba convertirlas. -De verdad? Bien pues entonces un baile no estaria mal- Comento de manera segura. Después de eso acepto el licor y lo bebió de un sorbo como si fuese agua. Claro que para los vampiros el licor mas fuerte era el equivalente a eso...agua. -Hummm delicioso, las manos que lo preparo son de una diosa - Y se sirvió mas aun.
-El arte esta en todas partes señorita Azalea, desde un escultor de iglesias y templos hasta la habilidad de un ladrón para robar, es arte, desde el mas pobre hasta el mas rico, en la guerra y en el amor. El arte es una pieza clave en el mundo.- Comento mientras bebía un sorbo y observaba hacia las indias. -Y luego están lugares como este y gente como ustedes, que rebosan de arte, sus danzas y sus cantos, de verdad atraen a las almas. Mucho mas que una casona del placer británica, Y eso es por lo que ustedes hacen aquí. Incluso me atrevo a decir, que las otras culturas son mas artísticas que las nuestras; Las europeas, que lamentablemente nuestro "arte" ha sido la amarga guerra y los conflictos bélicos...y la sed de conquista- Se acomodo un poco mejor. -Pero claro que no todo es así, algunos amigos y amigas mías me consideran una "excepción" a la regla. Igual que usted, y usted. Puedo decir que...somos únicas ¿No lo cree asi?- Y asi bebió la tercera pinta de licor mirando a los ojos a Azalea y relamiéndose los labios un poco.
Se giro hacia Aisha observándole curiosa mientras hablaba y pedia disculpas, sabia que posiblemente aquella actitud era fingida pero al menos le era agradable ver eso que una actitud de miedo ante ella. ¿Sabria Aisha que era vampira?. Aquella pregunta rondo su cabeza por unos momentos pero fue descartada rápidamente pues no significaba nada realmente. Mas aun asi a Alexandra le costaba fingir sobre sus gustos personales. Los vampiros eran entes de naturaleza algo salvaje y comportarse era una misión difícil dia a dia. Pero no seria la unica ni la ultima vez que la gente supiese que le gustaba las mujeres. Una vez ella misma se fue a uno de estos "psicologos" contemporáneos a contarle sobre su gusto sexual sobre las féminas y este la catalogo como una "enferma mental" y una "pervertida". Todo un espectáculo de circo digno de un payaso que hace reír. Otra vez una de sus empleadas se entero también y cuando quizo esparcir el rumor tuvo que matarla. Con Aisha y Azalea le era difícil no salir a la luz. -Descuida, no ha pasado nada y todo quedara en el olvido, tal vez halla sido mi culpa, pero olvidemos esto si? No es lindo cuando un rostro bonito pide disculpas- Y dicho esto acerco su mano a la mejilla izquierda de Aisha solo para darle una suave caricia apenas conteniéndose y luego separarse para acostarse en uno de los cojines. Ambas mujeres serian excelentes vampiras si lograba convertirlas. -De verdad? Bien pues entonces un baile no estaria mal- Comento de manera segura. Después de eso acepto el licor y lo bebió de un sorbo como si fuese agua. Claro que para los vampiros el licor mas fuerte era el equivalente a eso...agua. -Hummm delicioso, las manos que lo preparo son de una diosa - Y se sirvió mas aun.
-El arte esta en todas partes señorita Azalea, desde un escultor de iglesias y templos hasta la habilidad de un ladrón para robar, es arte, desde el mas pobre hasta el mas rico, en la guerra y en el amor. El arte es una pieza clave en el mundo.- Comento mientras bebía un sorbo y observaba hacia las indias. -Y luego están lugares como este y gente como ustedes, que rebosan de arte, sus danzas y sus cantos, de verdad atraen a las almas. Mucho mas que una casona del placer británica, Y eso es por lo que ustedes hacen aquí. Incluso me atrevo a decir, que las otras culturas son mas artísticas que las nuestras; Las europeas, que lamentablemente nuestro "arte" ha sido la amarga guerra y los conflictos bélicos...y la sed de conquista- Se acomodo un poco mejor. -Pero claro que no todo es así, algunos amigos y amigas mías me consideran una "excepción" a la regla. Igual que usted, y usted. Puedo decir que...somos únicas ¿No lo cree asi?- Y asi bebió la tercera pinta de licor mirando a los ojos a Azalea y relamiéndose los labios un poco.
Alexandra Bloodheart- Clase Alta
- Localización : En todas partes y a la vez en ninguna
Re: Cada dia lo arruinas mas (Azalea & cia)
Aisha se sentía como un gato enjaulado, como un animal que lo único que quería hacer era escapar de allí. La situación no podía ser más extraña, tan extraña como la mujer del halo rojo escarlata. Primero irrumpía en la sala en la que ella estaba trabajando, presa de lo que parecía un ataque de celos, y después aceptaba e incluso proponía que una buena forma de disculparse era realizar un baile para ella. ¿Se trataba de una demente? ¿Les estaba tomando el pelo y sólo quería reírse de ellas?
La bailarina no sabía cómo comportarse o como reaccionar ante las palabras tan zalameras que la mujer le estaba dedicando. Si lo que pretendía con aquella caricia era transmitir tranquilidad, estaba logrando el efecto contrario, pues en cuanto su pálida piel hizo contacto con su mejilla, un escalofrío recorrió su espina dorsal y erizó el vello de su nuca.
-¿Quiere...quiere que baile? ¿Ahora? Tal vez preferiría volver otro día... Hoy ha sido agotador y temo no poder alcanzar las expectativas que Azalea y usted esperan de mí.- Se aferraba a aquel resquicio como un clavo ardiendo, todo con tal de poder advertir a Azalea sobre un peligro al que ni siquiera era capaz de poner un nombre.
Las palabras de la tal Bloodheart acerca del arte eran, por supuesto, pura parafernalia. Sí, probablemente había ido al Nimbooda en busca de su marido, pero lo que la había hecho quedarse era otro motivo muy diferente. Es más, Aisha no sabía decir si tenía más interés en ella o en Azalea, o en ambas a la vez. O tal vez en ninguna. Era un misterio, y Aisha odiaba mucho los secretismos.
-Disculpe que la interrumpa, señora Bloodheart, pero hay una pregunta que no puedo quitarme de la cabeza.-Habló taimada y cautelosa, fingiendo adulación e interés, tal y como si hablase con un cliente más.- Agradezco sus palabras sobre el Nimbooda y todos los detalles que ha tenido con nosotras, pero, ¿qué es exactamente lo que le ha llamado la atención? No parece una mujer que acaba de descubrir a su marido con otra, si me permite la expresión.- Aisha no se guardaba sus pensamientos y siempre decía exactamente lo que pensaba. Y francamente, ya estaba harta de sentirse una pieza de exposición ante tanta miradita mal disimulada. Quería respuestas.
La bailarina no sabía cómo comportarse o como reaccionar ante las palabras tan zalameras que la mujer le estaba dedicando. Si lo que pretendía con aquella caricia era transmitir tranquilidad, estaba logrando el efecto contrario, pues en cuanto su pálida piel hizo contacto con su mejilla, un escalofrío recorrió su espina dorsal y erizó el vello de su nuca.
-¿Quiere...quiere que baile? ¿Ahora? Tal vez preferiría volver otro día... Hoy ha sido agotador y temo no poder alcanzar las expectativas que Azalea y usted esperan de mí.- Se aferraba a aquel resquicio como un clavo ardiendo, todo con tal de poder advertir a Azalea sobre un peligro al que ni siquiera era capaz de poner un nombre.
Las palabras de la tal Bloodheart acerca del arte eran, por supuesto, pura parafernalia. Sí, probablemente había ido al Nimbooda en busca de su marido, pero lo que la había hecho quedarse era otro motivo muy diferente. Es más, Aisha no sabía decir si tenía más interés en ella o en Azalea, o en ambas a la vez. O tal vez en ninguna. Era un misterio, y Aisha odiaba mucho los secretismos.
-Disculpe que la interrumpa, señora Bloodheart, pero hay una pregunta que no puedo quitarme de la cabeza.-Habló taimada y cautelosa, fingiendo adulación e interés, tal y como si hablase con un cliente más.- Agradezco sus palabras sobre el Nimbooda y todos los detalles que ha tenido con nosotras, pero, ¿qué es exactamente lo que le ha llamado la atención? No parece una mujer que acaba de descubrir a su marido con otra, si me permite la expresión.- Aisha no se guardaba sus pensamientos y siempre decía exactamente lo que pensaba. Y francamente, ya estaba harta de sentirse una pieza de exposición ante tanta miradita mal disimulada. Quería respuestas.
Re: Cada dia lo arruinas mas (Azalea & cia)
Azalea asistía impávida a la situación que estaba presenciando. Por una parte, la tal señora Bloodheart, bebiendo el Goa como si de agua se tratase y haciendo una reflexión psico-filosófica del arte, como si no acabara de encontrarse a su marido a punto de acostarse con la mujer a la que parecía devorar con la mirada. Por otro lado, Aisha, su niña dulce, su chica más cara, que a tanto había llevado a la felicidad y el placer, ahora se mostraba tremendamente reticente con esa mujer, y aunque a ella también la inquietaba y sus intenciones no parecían claras, pero Aisha estaba siendo francamente ruda. Trató de distraerlo un poco dando un buen trago al Goa para despejarse
-A mucha gente en la India le encantaría esa concepción suya, señorita Bloodheart, quizá deba pedirle que me enseñe algo para dar lecciones a un par de pedantes que vienen por aquí- y rió. Pero Aisha volvió a la carga ¿qué le pasaba? ¿era porque era una mujer? Nunca la había considerado una chica a la que se le cayeran los anillos ante los retos, y había tenido que seducir a hombres bastante más desagradables que aquella señorita. Así pues la miró extrañada, preguntándose qué hacer y trató de actuar
-Perdona a Aisha, señorita Bloodheart. Es la sangre caliente de la juventud y a lo que está acostumbrada, que desde luego no es a esposas como usted- volvió a llenar los vasos de las tres a ver si el alcohol facilitaba las cosas- Sólo siente curiosidad ante lo desconocido- tomó la mano de Aisha con su mano derecha y al acarició con la izquierda, mientras la miraba significativamente- Verás, querida, hay muchas mujeres a las que se les obligó a casarse por unos motivos u otros, y que nunca han llegado a amar a sus maridos si no... bueno a otra gente. Suele coincidir con que son cultas y extrovertidas, como la señorita Bloodheart ¿he acertado, mi lady?- dijo, uniendo su mano a la de Aisha. Pero en ese momento la sintió fría como de un muerto, y las tres manos se soltaron. Esta vez sí estaba asustada y empezaba a recorrerle una mala sensación respecto a la mujer.
-A mucha gente en la India le encantaría esa concepción suya, señorita Bloodheart, quizá deba pedirle que me enseñe algo para dar lecciones a un par de pedantes que vienen por aquí- y rió. Pero Aisha volvió a la carga ¿qué le pasaba? ¿era porque era una mujer? Nunca la había considerado una chica a la que se le cayeran los anillos ante los retos, y había tenido que seducir a hombres bastante más desagradables que aquella señorita. Así pues la miró extrañada, preguntándose qué hacer y trató de actuar
-Perdona a Aisha, señorita Bloodheart. Es la sangre caliente de la juventud y a lo que está acostumbrada, que desde luego no es a esposas como usted- volvió a llenar los vasos de las tres a ver si el alcohol facilitaba las cosas- Sólo siente curiosidad ante lo desconocido- tomó la mano de Aisha con su mano derecha y al acarició con la izquierda, mientras la miraba significativamente- Verás, querida, hay muchas mujeres a las que se les obligó a casarse por unos motivos u otros, y que nunca han llegado a amar a sus maridos si no... bueno a otra gente. Suele coincidir con que son cultas y extrovertidas, como la señorita Bloodheart ¿he acertado, mi lady?- dijo, uniendo su mano a la de Aisha. Pero en ese momento la sintió fría como de un muerto, y las tres manos se soltaron. Esta vez sí estaba asustada y empezaba a recorrerle una mala sensación respecto a la mujer.
Re: Cada dia lo arruinas mas (Azalea & cia)
Al parecer Aisha no estaba muy del todo cómoda ante ella, ni a las propuestas de Alexandra. Y por ello perdió el interés en ella. El solo saberlo de que la mujer enfrente de ella tenia pánico quizás le seria divertido aunque para mala fortuna bruja no era. -Podrás hacerlo otro día corazón, descansa si lo deseas- Hubo mucha seguridad en aquellas palabras, pues Alexandra si pensaba venir mas dias al Ninbooda. Quizás le revelaría a Azalea y a Aisha a palabras directas sobre que era una vampira, pero hoy no.
-Seria algo interesante de hacer, si- Afirmo hacia el comentario de Azalea sobre las lecciones. Y alli fue interrumpida por su compañera para quitarse las dudas sobre su visita al Ninbooda. Con gusto se lo explicaría pues no había mucho que esconder, salvo por su real interes claro esta. De esa manera dejo que Azalea diera aquella breve explicacion. -Asi es señorita Azalea. Mi matrimonio no fue mas que un arreglo entre mi madre y la familia de mi esposo solo por comercio. Verán, hay importantes empresarios en estos y requieren a jóvenes varones con una vida estable para sus negocios y a su vez a mi tener a alguien con riquezas para caber en esta...sociedad- Comento aquella ultima parte con desgano. -No hay amor entre nosotros, y el estar casados es solo un titulo, un status para mas posibilidades comerciales. Pero a la vez como han podido ver en la planta de abajo, nosotros no nos amamos y de seguro mi "matrimonio" de seguro va directo al divorcio en unos meses mas. No hay nada peor que forzar a amar a una persona que no deseas y a la vez nada mas intenso que tener o buscar un amor prohibido- Sonrio un poco antes de tomar otro trago, quizás ya debería parar pues hasta los vampiros eran algo susceptibles al alcohol.
-Pero en fin, sobre el interés mió aquí... no creo que sea algo realmente malo que alguien como yo visite estos lugares porque...Soy Uranina* y ademas sufro de una extraña enfermedad en la piel que no puedo salir cuando hay sol por lo que hay realmente pocos lugares para mi que visitar en la noche. ¿Que quede esto entre nosotras tres si?- Después hizo una mueca un tanto infantil. Sintió las manos de las dos jovenes calidas y confortables, también podía sentir aquellas venas debajo de su piel bombear la sangre. Aunque lejos estaba de desear probar sus cuellos ahora. -Pero el interés que tengo en "Su Ninbooda" va mas alla; Verán tengo un club en Mayfair, un club donde reúno a varias artistas que pueden perfeccionar sus talentos, y que lamentablemente no tienen las condiciones económicas o físicas para hacerlo- Dicho esto saco una tarjeta y se la paso a Azalea con la dirección. -Deberían venir algún dia también-
-Seria algo interesante de hacer, si- Afirmo hacia el comentario de Azalea sobre las lecciones. Y alli fue interrumpida por su compañera para quitarse las dudas sobre su visita al Ninbooda. Con gusto se lo explicaría pues no había mucho que esconder, salvo por su real interes claro esta. De esa manera dejo que Azalea diera aquella breve explicacion. -Asi es señorita Azalea. Mi matrimonio no fue mas que un arreglo entre mi madre y la familia de mi esposo solo por comercio. Verán, hay importantes empresarios en estos y requieren a jóvenes varones con una vida estable para sus negocios y a su vez a mi tener a alguien con riquezas para caber en esta...sociedad- Comento aquella ultima parte con desgano. -No hay amor entre nosotros, y el estar casados es solo un titulo, un status para mas posibilidades comerciales. Pero a la vez como han podido ver en la planta de abajo, nosotros no nos amamos y de seguro mi "matrimonio" de seguro va directo al divorcio en unos meses mas. No hay nada peor que forzar a amar a una persona que no deseas y a la vez nada mas intenso que tener o buscar un amor prohibido- Sonrio un poco antes de tomar otro trago, quizás ya debería parar pues hasta los vampiros eran algo susceptibles al alcohol.
-Pero en fin, sobre el interés mió aquí... no creo que sea algo realmente malo que alguien como yo visite estos lugares porque...Soy Uranina* y ademas sufro de una extraña enfermedad en la piel que no puedo salir cuando hay sol por lo que hay realmente pocos lugares para mi que visitar en la noche. ¿Que quede esto entre nosotras tres si?- Después hizo una mueca un tanto infantil. Sintió las manos de las dos jovenes calidas y confortables, también podía sentir aquellas venas debajo de su piel bombear la sangre. Aunque lejos estaba de desear probar sus cuellos ahora. -Pero el interés que tengo en "Su Ninbooda" va mas alla; Verán tengo un club en Mayfair, un club donde reúno a varias artistas que pueden perfeccionar sus talentos, y que lamentablemente no tienen las condiciones económicas o físicas para hacerlo- Dicho esto saco una tarjeta y se la paso a Azalea con la dirección. -Deberían venir algún dia también-
- Spoiler:
- * Solo para aclarar en esa epoca "Uranina" se le decia a una mujer que le gustan otras mujeres, solamente que aquellas palabras como "Lesbiana" o "Homosexual" no existían aun. No es necesario que sus pjs conozcan esto.
Alexandra Bloodheart- Clase Alta
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