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ienvenidos a Darkness Revival.Estais a punto de adentraros en Londres, año 1890, una época tan peligrosa como atrayente. La alta sociedad se mueve entre bailes oficiales, bodas, cabarets y fumaderos de opio. Las prostitutas y mendigos se ganan como pueden la vida, engañando, robando o estafando. Pero hay algo mucho mas oscuro en las calles de la ciudad del Támesis, más oscuro aún que el terrible Jack. Seres sobrenaturales como brujas, vampiros, metamorfos y malditos se esconden entre los miembros de la sociedad, temerosos de la sangrienta hermandad que les persigue: la Black Dagger Brotherhood. ¿Sobrevivirás? .
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The night is dark and full of terrors (Kalia)
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Darkness Revival :: West End :: Soho
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The night is dark and full of terrors (Kalia)
La cortina que formaba la lluvia ocultaba parcialmente la vista de la calle desde donde Aisha se encontraba, sentada junto a una de las ventanas superiores del burdel. Iba a ser una tarde tranquila, pues los hombres preferían pasar los días lluviosos junto a sus familias y amigos en vez de realizar una visita al Nimbooda. La joven no los culpaba, e incluso entendía aquel instinto humano que les llevaba a cuidar de los suyos en momentos como aquel en los que el cielo estaba más oscuro que de costumbre.
Ella, por su parte, agradecía momentos como aquel. Sujetaba con ambas manos una taza de té verde con limón y observaba la calle desde su posición, apenas ocupada por un par de personas que corrían a refugiarse de la lluvia. Aisha casi se sentía identificada con ellos, pues ella misma había pasado muchos años recorriendo las calles en busca de lugares mínimamente seguros donde pasar las ventiscas, las lluvias y las noches heladas. Y ahora que todo era diferente, ahora que gozaba de un lugar donde mantenerse caliente, de una familia de diferente sangre, Aisha se sentía completa.
Apuró un poco más su taza de té, hasta que en ésta sólo quedaban los posos, y se incorporó. Las pulseras doradas que llevaba en sus tobillos tintineaban a medida que la bailarina caminaba por los pasillos del burdel. No esperaba visitas, al menos no de sus clientes habituales, por lo que ver aquella figura en la puerta del Nimbooda, oculta tras una capucha, sorprendió bastante a la joven. La figura parecía estar envuelta en una especie de aura, un halo que la cubría desde la cabeza a los pies. Mientras la observaba, Aisha sintió algo parecido a lo que sintió cuando aquella mujer de cabello rubio irrumpió en el burdel en busca de su marido, sólo que esta vez no había ningún regusto a sangre en su paladar. En vez de ello, Aisha sentía una especie de energía emanar de aquella esbelta figura, una energía que parecía susurrarle al oído que se alejase de allí lo antes posible.
Como la figura no se movía ni cambiaba de posición, Aisha dio inconscientemente un paso adelante, quedando momentáneamente bajo la lluvia. -¿Se encuentra bien?.-Tuvo que alzar la voz para hacerse oír a través del estruendo de la tormenta, y en pocos segundos todo su cuerpo se encontraba empapado por el agua. –Si quiere, puede pasar y aguardar a que amaine un poco el temporal.
No sabía por qué había pronunciado aquellas palabras, pero sentía que era lo que debía hacer en aquel momento.
Ella, por su parte, agradecía momentos como aquel. Sujetaba con ambas manos una taza de té verde con limón y observaba la calle desde su posición, apenas ocupada por un par de personas que corrían a refugiarse de la lluvia. Aisha casi se sentía identificada con ellos, pues ella misma había pasado muchos años recorriendo las calles en busca de lugares mínimamente seguros donde pasar las ventiscas, las lluvias y las noches heladas. Y ahora que todo era diferente, ahora que gozaba de un lugar donde mantenerse caliente, de una familia de diferente sangre, Aisha se sentía completa.
Apuró un poco más su taza de té, hasta que en ésta sólo quedaban los posos, y se incorporó. Las pulseras doradas que llevaba en sus tobillos tintineaban a medida que la bailarina caminaba por los pasillos del burdel. No esperaba visitas, al menos no de sus clientes habituales, por lo que ver aquella figura en la puerta del Nimbooda, oculta tras una capucha, sorprendió bastante a la joven. La figura parecía estar envuelta en una especie de aura, un halo que la cubría desde la cabeza a los pies. Mientras la observaba, Aisha sintió algo parecido a lo que sintió cuando aquella mujer de cabello rubio irrumpió en el burdel en busca de su marido, sólo que esta vez no había ningún regusto a sangre en su paladar. En vez de ello, Aisha sentía una especie de energía emanar de aquella esbelta figura, una energía que parecía susurrarle al oído que se alejase de allí lo antes posible.
Como la figura no se movía ni cambiaba de posición, Aisha dio inconscientemente un paso adelante, quedando momentáneamente bajo la lluvia. -¿Se encuentra bien?.-Tuvo que alzar la voz para hacerse oír a través del estruendo de la tormenta, y en pocos segundos todo su cuerpo se encontraba empapado por el agua. –Si quiere, puede pasar y aguardar a que amaine un poco el temporal.
No sabía por qué había pronunciado aquellas palabras, pero sentía que era lo que debía hacer en aquel momento.
Re: The night is dark and full of terrors (Kalia)
"Sólo un minuto más, un minuto más y me doy la vuelta." Pero sus pies no se movían. Seguía ahí, frente a la vidriera del burdel, dejando que la lluvia le empapase la capa negra bajo la cual se encontraba Kalia, tan cerca de lo que siempre había querido: conocer a su hermana. La única persona que tenía con vida de su familia, la única a la que podría proteger y enseñar. Todavía no podía creerse que lo que Ryan le había contado fuera cierto... una vulgar bailarina en un burdel. ¿Por qué? ¿Por qué no había hecho como ella y se había buscado la vida de otra forma, mucho más fácil y agradecida?
A su parecer, era estúpido lo que su hermana estaba haciendo. Estaba segura de que sería tan hermosa como ella, podría haber utilizado esa virtud para conquistar a cualquier hombre y salir del agujero en el cual se habían visto metidas desde que eran pequeñas. Empezaron sin tener elección sobre sus vidas, enviadas a un orfanato, separadas para que sus caminos nunca volvieran a encontrarse... pero la vida les había dado una segunda oportunidad, y no podía comprender el por qué de las elecciones de su hermana.
El tiempo pasaba sin que Kalia se percatase de él. Seguía de pie, mojándose. Aunque en su interior, todo comenzaba a moverse con rapidez. Quería encontrar a su hermana, aunque no estaba segura de qué haría al verla. No podría decirle quién era, no de momento. Antes debía ver qué tipo de persona era. Estaba segura de que como ella, por sus venas correría la sangre de Kalastria, y a consecuencia, suya sería la capacidad de manipular a las personas a su antojo.
Y entonces la vio. El aura que la rodeaba era pura, blanca. Ni un rasgo de maldad la rodeaba. Muy diferente a la de Charlie, que era turbia y estaba desordenada. La de su hermana reflejaba una luz clara en medio de la oscuridad que reinaba en el cielo. Kalia se sorprendió al oír su voz, mucho más dulce de lo que esperaba.
Por un momento, ambas hermanas quedaron bajo la lluvia. Quería sonreír, pero se recordó que no debía hacer nada extraño. Solo intentaría conocer a aquella mujer, y cuando lo hiciese, volvería para llevarsela de ese antro y darle la vida que se merece.
-Perdone, me he perdido... es muy amable de su parte ofrecerme entrar, y si me permite, aceptaré la oferta. Tengo los huesos entumecidos por la lluvia.-No mentía. Hasta ese momento no se había dado cuenta, pero el frío se había abierto paso entre sus ropas, y ahora estaba tiritando.
Un aroma cálido le inundó los pulmones. Extrañamente, era como estar en casa... una casa que nunca había tenido.-No hay mucha gente hoy, ¿no? Supongo que los hombres preferirán pasar el día con sus familias en vez de con... -La miró de arriba abajo. Era hermosa, su orgullo le impedía decir que más que ella, pero se le acercaba.-Bueno, ya me entiende.-No debía haber sacado ese tema, probablemente ahora se sentiría ofendida y no le invitaría a sentarse... así que lo hizo ella misma.-¿Se tomaría un te conmigo, señora...?-Sus ojos se encontraron, y Kalia sintió que su mundo cobraba sentido de repente. Por fin lo había conseguido. Todo el esfuerzo... todo había valido la pena.
A su parecer, era estúpido lo que su hermana estaba haciendo. Estaba segura de que sería tan hermosa como ella, podría haber utilizado esa virtud para conquistar a cualquier hombre y salir del agujero en el cual se habían visto metidas desde que eran pequeñas. Empezaron sin tener elección sobre sus vidas, enviadas a un orfanato, separadas para que sus caminos nunca volvieran a encontrarse... pero la vida les había dado una segunda oportunidad, y no podía comprender el por qué de las elecciones de su hermana.
El tiempo pasaba sin que Kalia se percatase de él. Seguía de pie, mojándose. Aunque en su interior, todo comenzaba a moverse con rapidez. Quería encontrar a su hermana, aunque no estaba segura de qué haría al verla. No podría decirle quién era, no de momento. Antes debía ver qué tipo de persona era. Estaba segura de que como ella, por sus venas correría la sangre de Kalastria, y a consecuencia, suya sería la capacidad de manipular a las personas a su antojo.
Y entonces la vio. El aura que la rodeaba era pura, blanca. Ni un rasgo de maldad la rodeaba. Muy diferente a la de Charlie, que era turbia y estaba desordenada. La de su hermana reflejaba una luz clara en medio de la oscuridad que reinaba en el cielo. Kalia se sorprendió al oír su voz, mucho más dulce de lo que esperaba.
Por un momento, ambas hermanas quedaron bajo la lluvia. Quería sonreír, pero se recordó que no debía hacer nada extraño. Solo intentaría conocer a aquella mujer, y cuando lo hiciese, volvería para llevarsela de ese antro y darle la vida que se merece.
-Perdone, me he perdido... es muy amable de su parte ofrecerme entrar, y si me permite, aceptaré la oferta. Tengo los huesos entumecidos por la lluvia.-No mentía. Hasta ese momento no se había dado cuenta, pero el frío se había abierto paso entre sus ropas, y ahora estaba tiritando.
Un aroma cálido le inundó los pulmones. Extrañamente, era como estar en casa... una casa que nunca había tenido.-No hay mucha gente hoy, ¿no? Supongo que los hombres preferirán pasar el día con sus familias en vez de con... -La miró de arriba abajo. Era hermosa, su orgullo le impedía decir que más que ella, pero se le acercaba.-Bueno, ya me entiende.-No debía haber sacado ese tema, probablemente ahora se sentiría ofendida y no le invitaría a sentarse... así que lo hizo ella misma.-¿Se tomaría un te conmigo, señora...?-Sus ojos se encontraron, y Kalia sintió que su mundo cobraba sentido de repente. Por fin lo había conseguido. Todo el esfuerzo... todo había valido la pena.
Kalia Siddhart- Clase Alta
Re: The night is dark and full of terrors (Kalia)
Tras aquel silencio extraño que se instaló entre ambas, Aisha sonrió al oír la respuesta de la mujer.-¡Claro, claro! Pase.-Replicó, haciéndose a un lado y cerrando después la puerta tras ella.
Sólo en aquel momento se dio cuenta de lo empapada que estaba, con las puntas de su pelo goteando suavemente sobre el suelo. Había estado más tiempo del que había creído bajo la lluvia. Con una mirada que trató de ser disimulada, comprobó que su acompañante estaba en una situación parecida, aunque había conseguido mantenerse más seca gracias a la capa que la cubría parcialmente.
-Sí, la entiendo perfectamente.-Parecía haber leído sus pensamientos, y la bailarina no pudo evitar sonreír ante aquella absurda idea. Al parecer, los hombres no eran muy difíciles de entender.-Suele pasar cuando llueve, y eso nos permite tener un poco de tranquilidad.-En el momento en el que se detuvo a pensar sobre la identidad de aquella desconocida, un escalofrío cruzó su espalda e hizo que se estremeciera suavemente. ¿Y si era la esposa de algún cliente? Ya había tenido suficientes números con la aparición de la señora Bloodheart, no necesitaba ninguno más.
-¡Claro, claro!.-Si se trataba de eso, Aisha decidió que se mostraría de la forma más inocente y amable que sabía ser.-Señorita Siddhart, pero llámeme Aisha, por favor.-Y una vez se hubo presentado, encaminó sus pasos hacia el bar que tenían situado en una de las estancias del burdel.
No estaba muy lleno, apenas cinco personas esparcidas por toda la sala, por lo que Aisha pudo elegir tomar asiento en su mesa favorita, colocada más o menos cerca de las escaleras que llevaban a las estancias de las bailarinas.-Le recomiendo probar el té verde acompañado de limón. Es bastante suave, y aquí sabemos preparalo muy bien.-Seguía fascinada por aquella mujer y aquel aura que la envolvía, pero no quería sonar como una demente, por lo que trató de disimular lo mejor que pudo.
-Si no le importa, voy a subir a cambiarme de ropa, no me gustaría coger un resfriado. Vuelvo en seguida.
Dejó allí a la mujer y se encaminó a su pequeña habitación, cambiando sus prendas empapadas por un vestido naranja que hacía contraste con el oscuro tono de su piel, y trenzó su cabello para dejar que se secase sin que los mechones la molestasen.
Cuando bajó de nuevo, agradeció ver que su acompañante ya había sido atendida, por lo que tomó asiento frente a ella y sonrió.-Espero que la tormenta amaine pronto. Parece como si la oscuridad hubiese engullido Londres...
Sólo en aquel momento se dio cuenta de lo empapada que estaba, con las puntas de su pelo goteando suavemente sobre el suelo. Había estado más tiempo del que había creído bajo la lluvia. Con una mirada que trató de ser disimulada, comprobó que su acompañante estaba en una situación parecida, aunque había conseguido mantenerse más seca gracias a la capa que la cubría parcialmente.
-Sí, la entiendo perfectamente.-Parecía haber leído sus pensamientos, y la bailarina no pudo evitar sonreír ante aquella absurda idea. Al parecer, los hombres no eran muy difíciles de entender.-Suele pasar cuando llueve, y eso nos permite tener un poco de tranquilidad.-En el momento en el que se detuvo a pensar sobre la identidad de aquella desconocida, un escalofrío cruzó su espalda e hizo que se estremeciera suavemente. ¿Y si era la esposa de algún cliente? Ya había tenido suficientes números con la aparición de la señora Bloodheart, no necesitaba ninguno más.
-¡Claro, claro!.-Si se trataba de eso, Aisha decidió que se mostraría de la forma más inocente y amable que sabía ser.-Señorita Siddhart, pero llámeme Aisha, por favor.-Y una vez se hubo presentado, encaminó sus pasos hacia el bar que tenían situado en una de las estancias del burdel.
No estaba muy lleno, apenas cinco personas esparcidas por toda la sala, por lo que Aisha pudo elegir tomar asiento en su mesa favorita, colocada más o menos cerca de las escaleras que llevaban a las estancias de las bailarinas.-Le recomiendo probar el té verde acompañado de limón. Es bastante suave, y aquí sabemos preparalo muy bien.-Seguía fascinada por aquella mujer y aquel aura que la envolvía, pero no quería sonar como una demente, por lo que trató de disimular lo mejor que pudo.
-Si no le importa, voy a subir a cambiarme de ropa, no me gustaría coger un resfriado. Vuelvo en seguida.
Dejó allí a la mujer y se encaminó a su pequeña habitación, cambiando sus prendas empapadas por un vestido naranja que hacía contraste con el oscuro tono de su piel, y trenzó su cabello para dejar que se secase sin que los mechones la molestasen.
Cuando bajó de nuevo, agradeció ver que su acompañante ya había sido atendida, por lo que tomó asiento frente a ella y sonrió.-Espero que la tormenta amaine pronto. Parece como si la oscuridad hubiese engullido Londres...
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