Los Malditos

Cuando se realiza un exorcismo a una persona poseída lo más común es que el exorcista logre expulsar al ser maligno y así poder dar descanso al alma del atormentando, aunque en la mayoría de las ocasiones le cuesta la vida a este.  Esta práctica purificadora es delicada y peligrosa, ya que los seres del Infierno tienen más poder del que cualquier mortal podría imaginar y lograr doblegar su voluntad es una tarea titánica. Todo ello es demasiado para que la débil vida de un humano pueda soportarla en la mayoría de los casos.

Sin embargo existen casos donde el poseído logra sobrevivir al exorcismo, y aunque a simple vista podría parecer que logra continuar con su vida sin mayores problemas dejando de lado esa etapa tan aterradora de su existencia, la realidad es bien distinta. La esencia del demonio que les ha poseído sigue impregnada en sus almas, dejando una marca que identifica las características principales del ser infernal… en muchos casos esta ''marca'' es perjudicial al cien por cien pero existen mortales que pueden ver una virtud en la maldición que se ven obligados a portar.

Se les conoce como Malditos, que dentro de su desgracia, pueden obtener alguna habilidad o poder aprovechable. Suelen estar relacionados con los pecados capitales y en ningún caso la maldición puede ser trasmitida la descendencia.

VÁSTAGOS DE ASMODEO;

Son aquellos que han sufrido una posesión por parte de un miembro de la hueste de Asmodeo, símbolo de la lujuria y la perdición por el pecado de la carne. Aquellos que han sufrido este tormento y viven para contarlo tienen una capacidad innata para seducir a los mortales, sin importar el género ni la belleza natural de la que realmente dispongan. Sienten una necesidad  insana por satisfacer sus deseos sexuales si se encaprichan con alguien y no les importa las consecuencias de sus actos por llegar a cumplir su objetivo. Tienen un carisma y un encanto que se les hace prácticamente irresistible a los humanos, a las demás razas sobrenaturales les afecta ligeramente menos.

VÁSTAGOS DE AMÓN;

Cuando un soldado de Amón abandona el cuerpo del mortal este puede pasar días sin notar cambio alguno en su conducta ni en su temperamento, pero no pasará mucho tiempo hasta que la fatalidad se cierna sobre él. Da igual si antes era cordial, no importa si detesta la violencia. En el instante en el que en su día a día un acontecimiento le frustre o le molesta más de lo que debería la ira y la furia se apoderan de su comportamiento, aunque no siempre tiene que satisfacer su agresividad con violencia física, hay otras formas en las que puede ahogar su frustración como la violencia verbal... en definitiva, cualquier método en el que pueda hacer daño a quien ose hacerle perder el control de sus instintos. Este tipo de Maldito es incapaz de sentir dolor físico, arrepentimiento y carece de cualquier tipo de conciencia en el momento en el que su ira estalla, permitiéndoles cometer actos atroces.

VÁSTAGOS DE MAMMÓN;

Los hijos del conocido como Príncipe del Infierno dejan tras la posesión resquicios de uno de los pecados capitales que más se aleja del Dios cristiano: La avaricia. Los que han logrado sobrevivir a esta posesión sienten un impulso irrefrenable de obtener lo que se le antoje en el momento en el que lo vean, no importa si pueden comprarlo con un simple chasquido de sus dedos como en el caso de la nobleza o si tienen que arrebatar una vida para conseguirlo. Lo único que importa es la obtención de ese deseo material, hacer realidad ese antojo pasajero ya que los Malditos por este pecado una vez obtienen lo que ansían, carece de valor para ellos y tendrán que buscar otro objeto de deseo. Cuentan con un don que les permite evaluar cómo pueden obtener lo que anhelan, en su mente se dibujan opciones y oportunidades que les dan la solución para alcanzar su meta.

VÁSTAGOS DE LUCIFER;

El Rey de las Tinieblas y sus huestes representan el pecado original y más grave de todos, la fuente del resto: La soberbia. Lucifer no posee a simples mortales, pero sus soldados sí, y por consiguiente la marca que dejan tras de sí es una maldición que arrebata cualquier resquicio de felicidad en el que una vez fue un poseído. Sienten que son únicos, que son unos elegidos que se les ha permitido sobrevivir al exorcismo porque sus existencias deparan un futuro mucho más grande del que cualquier otro mortal podría tan siquiera atreverse a soñar, no se ponen límites y siempre crean más y más metas sean o no alcanzables con sus recursos. Los Malditos por la soberbia  mejoran su capacidad intelectual y física ligeramente al encontrarse en situaciones límite, cuando ellos mismos quieren demostrar que son más fuertes, más inteligentes y en definitiva mejores que los demás, permitiéndoles realizar acciones  que a cualquier otro humano le resultaría imposible.

Algunos de los Malditos son utilizados por la hermandad de La Daga Negra para que realicen tareas que estos necesiten por sus propias razones a cambio de un precio que la hermandad marca. Se les permite la existencia a cambio de sus servicios. Existen infinidad de demonios que pueden tener características diferentes a los mencionados anteriormente, pero, si se quiere crear un Maldito que haya sido poseído por un tipo de demonio que no haya sido escrito aquí se debe consultar previamente con la administración y esperar al beneplácito de la misma.

▪ Creado por Meg Giry para The Darkness Revival ▪