Darkness Revival
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ienvenidos a Darkness Revival.Estais a punto de adentraros en Londres, año 1890, una época tan peligrosa como atrayente. La alta sociedad se mueve entre bailes oficiales, bodas, cabarets y fumaderos de opio. Las prostitutas y mendigos se ganan como pueden la vida, engañando, robando o estafando. Pero hay algo mucho mas oscuro en las calles de la ciudad del Támesis, más oscuro aún que el terrible Jack. Seres sobrenaturales como brujas, vampiros, metamorfos y malditos se esconden entre los miembros de la sociedad, temerosos de la sangrienta hermandad que les persigue: la Black Dagger Brotherhood. ¿Sobrevivirás? .


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Rol Privado Devonshire (Privado)

Mensaje por Mary Anne D'Uberville Sáb Ago 22, 2015 7:36 pm

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Devonshire || William Cavendish ||

El carruaje llevaba de camino a lo que sería su nuevo hogar, había sido un largo y tortuoso camino desde Paris acosada y mortificada por el repentino cambio en su vida. De ser una mujer de recursos, ahora se encontraba sumida en la más asquerosa miseria. Mary la había pasado tan mal que inclusive había contemplado la posibilidad de ir a los barrios bajos a vender su cuerpo pues alguien en la cocina donde se quedaba, le había hecho el comentario de que pagarían muy bien por su virtud  ¿Qué podría ser peor que eso? Necesitaba comer y sobre todo necesitaba el dinero ¿O no?  

Y ahí estaba ella, con el estómago vacío dando vueltas por la entrada de la posada, cuestionándose si merecía la pena sufrir tal humillación y si su padre lo comprendería aún a pesar de estar metido en un agujero en el panteón francés. Pensaba también en su madre y en lo mucho que le reventaría una vara en las piernas por pensar tales cosas, una D'Uberville jamás perdía la dignidad de esa manera.

Sus rizos rubios se encontraban desordenados por el viento cayendo en cascada por su espalda y sus ropas habían comenzado a mancharse de tierra de tanto pasearse. En su quinta vuelta, un robusto hombre le detuvo el paso -Lo siento milord, he sido descuidada- pronunció con voz de terciopelo. El agraciado señor le dedicó una reverencia respetuosa agregando que él se había atravesado en su camino, pidió disculpas y entonces tomando la mano de Mary para besarla, se presentó.

Rudolf, como se había pedido ser llamado, le había dicho que su familia le esperaba, le había explicado lo sucedido en casa y el motivo por el que se encontraba ahí. El simpático Rudolf, llevaba la consigna de recogerla y encargarse de su traslado de Paris a Devonshire. Después de lo dicho, Marý entendía que tenía 3 días de plazo para darle una respuesta aunque era obvio que él no iba a volver a Devonshire sin la pequeña niña.

Después de discutirlo mucho con la única dama que le quedaba y sabiendo que Francesca también necesitaba un hogar,  había accedido a ir de vuelta a Inglaterra. El argumento utilizado por la mujer era que nada podía ser peor que los planes que su señora tenía en mente ¿Qué podría ser peor que verse ultrajada por unas cuantas libras? Y tenía razón.

Durante el trayecto, el mozo le había dicho que el Duque la esperaba con ansias, ya que su padre Sir William Cavendish I, había expresado sus ganas de conocer a Mary, la hija bastarda que había tenido con su antiguo amor. Obviamente, su último deseo  no había sido concedido.

Mirándolo con estoicismo, la rubia había guardado sus opiniones al respecto, pues para ella el enterarse de que era producto de un amorío de su madre con un fulano y además ser fruto de esa noche llena de lujuria, le resultaba extremadamente molesto.

La chica se asomó por la ventanilla reprimiendo una sonrisa de emoción cuando las altas tejas azules del castillo le saludaron -Es realmente bello- admiró esperando hasta que se detuviera el carruaje en la entrada para bajarse. Una vez ahí avanzó por el pasillo donde se encontraban los sirvientes que le presentaban sus respetos, Mary no pudo hacer otra cosa que saludar de vueltao a todos con una bonita y amigable sonrisa -Lady D'Uberville, por aquí por favor- pidió una pelirroja chica que respondía al nombre de Rosalind. Mary fue seguida por su dama, se quitó los guantes dejándolos en las manos de su acompañante y entró a la estancia donde según le dijeron, debía esperar. Mary se detuvo frente al gran ventanal deseando y rogando al cielo, que aquella decisión fuera la mejor.

Mary Anne D'Uberville
Mary Anne D'Uberville
Clase Alta
Clase Alta

Ocupacion : Dama
Localización : Londres

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Rol Privado Re: Devonshire (Privado)

Mensaje por William Cavendish Lun Ago 31, 2015 12:42 pm

Tenía a su madre y hermana detrás de él, rogándole, casi suplicándole que no trajera al castillo y a sus vidas a la bastarda de su padre. William más de una vez apretó los dientes para no responderles cómo se merecían, mirando únicamente por el ventanal de su despacho. El Duque por nada ni nadie pensaba faltar a la última promesa que le hizo a su padre en vida.

-¡A Callar mujeres!- Exigió William en una de esas que volteo a verlas.
–¿No ven acaso que me atormentan con su palabrería? ¿Cómo piensan que honrare la memoria de mi padre si ustedes dos están todo el tiempo detrás de mí diciéndome que hacer? – Las miro con furia.

Ambas mujeres solo asintieron y callaron tal como pidió el Duque ahora no podían hacer nada, William hijo, era el jefe de la casa y Duque de Devonshire. Justo en ese momento uno de los sirvientes aviso a William que el carruaje donde venía Lady D'Uberville se acercaba al castillo, acto seguido, Will ordeno a su madre y hermana que bajaran a recibir a la joven como se acostumbraba hacer con cualquier visita.  El paje abrió la puerta del carruaje y tomo la delicada mano de Mary Anne para que bajara. La fila de sirvientas, ama de llaves y mozo la esperaban, William desde el otro extremo la observaba, le pareció muy alegre para alguien que había perdido a ambos padres y fortuna hace pocos meses. Su rostro sin expresión se cruzó con la mirada de la joven.  No así mismo para las mujeres de la familia Canvendish, quienes miraban de arriba abajo a Mary Anne pensando sin número de cosas de ella.

-Bienvenida a mi palacio Lady D'Uberville- Dijo William de forma educada tomando la mano de la joven para besarla en forma de saludo.
-La señora Margot, es nuestra ama de llaves, con ella se pondrá en contacto para lo que necesite- Movió la mano para señalar a la mujer mal encarada aliada indiscutible de la viuda, madre de William.

Presento a todos los demás sirvientes y mozos del palacio, principalmente de aquellos con los que la rubia estaría en contacto directo; y dejo para lo último la cereza del pastel.

-Y ellas son,  la Duquesa madre Carlota de Devonshire y mi hermana Lady Caroline Cavendish- Miro a las tres mujeres y aunque su rostro aun permanecía serio en su interior William disfrutaba de este glorioso encuentro.

Tras el saludo, los sirvientes se retiraron y la familia paso a la estancia del palacio, el desaire y primer mal trato hacia la joven huérfana no se dejó esperar pues la madre de William había indicado a voz alta a su aliada Margot, que preparara el cuarto de servidumbre para Mary Anne. William no dijo nada, solo sonrió después de tomar asiento esperando que la joven hiciera lo mismo. Su intención no era humillarla pero los disparates de su madre y hermana a veces se ganaban la sonrisa del siempre frio Duque.

-¿Qué tal estuvo el viaje Lady Mary Anne?- Pregunto William, llamando así la atención de la chica hacia él, hacia el único que debía importarle en todo Devonshire.  
-Para haber dejado su hogar parece que no carga con tantas cosas- Se había percatado que la chica solo viajaba con unas cuantas maletas, hasta entonces no se había dado cuenta de la situación extrema en la que se encontraba la joven.
-Aún no se ponga cómoda, en un momento debe llegar mi hermana mayor y mi cuñado el Conde de Tozcana a beber el te con nosotros y sería de gran aprecio contar con vuestra presencia Mary Anne-  Sonrió con amabilidad antes de tomar la mano de su media hermana y besarla con gentileza y cuidado tratando de ser respetuoso pues otros ojos observaban, de esa forma se despedía brevemente y volverían a encontrarse a la hora del té, en los jardines del palacio.
William Cavendish
William Cavendish
Nobleza y Aristocracia
Nobleza y Aristocracia

Ocupacion : Duque de Devonshire
Localización : Londres

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Rol Privado Re: Devonshire (Privado)

Mensaje por Mary Anne D'Uberville Dom Nov 01, 2015 8:51 pm

Su mano era fuerte y segura, como si supiera que con eso podía controlar cualquier cosa. La mirada del Duque era directa, dura y al mismo tiempo seductora. ¿Alguna vez se han visto seducidos por la oscuridad? Porque eso es lo que William tenía, enredado en el mismo fondo de su alma, una oscuridad profunda que invitaba a ahogarse, a lanzarse ciegamente hasta el final de ese abismo.

Sabía que se estaba metiendo donde no debía, debió haberlo sabido desde que entró a los jardines del palacio a bordo de la carreta que él había mandado para ella -Es un placer estar aquí mi lord - mantuvo la vista en el suelo por unos segundos en señal de respeto antes de enganchar su mirada con la ajena ¿Dónde iba a estar si no? ¿En la calle? ¿Trabajando como cortesana? Lamentablemente la respuesta a todas esas preguntas eran "Sí".

La rubia prestó atención a la ama de llaves dedicándole una sonrisa amable y sin duda distinguida -Espero que podamos llevarnos bien, señora Margot - repitió esperando ser atinada al hablarle, había sido un saludo y decía la verdad, esperaba llevarse bien con todos en ese lugar, sin embargo, la respuesta que obtuvo, fue un ceño fruncido y una mirada envenenada. ¿Qué había hecho mal?

Conforme pasaba la gente, ella seguía sonriendo, siempre de forma tranquila y sin intentar parecer demasiado pretenciosa, eso era algo que había aprendido de su madre, ser prudente y seductora en el sentido de ser un alma que pudiera ser anhelada por otros, es decir, que anhelaran su compañía por ser una muchacha simpática e inteligente, no solo por tener un tesoro entre las piernas.

Mary Anne, tomó las faldas de su vestido de seda azul e hizo una reverencia, una parecida a la que haría a su padre cuando llegaba a casa a saludarlas -Señora Duquesa, agradezco profundamente vuestra presencia en este momento y la bienvenida a su hogar - su rostro estaba dirigido hacia el suelo, pero Mary les espiaba entre pestañas y ellas, tampoco parecían muy felices de verla ahí -Lady Caroline - también le dedicó una breve reverencia y recuperó su lugar al lado de su hermano.

Decir que no se había sentido ofendida por su trato, sería una vil mentira, Mary Anne se sentía herida, sobre todo porque ellos eran con lo único con lo que contaba y no estaban siendo delicados ni considerados, aunque ¿Qué esperaba? Era la bastarda del Duque, solo William que parecía firme en su decisión de no meterse en la primera interacción entre ella y los demás miembros de su familia le miraba con algo más aparte de odio y asco.

Tomó asiento sin despegarse mucho de su dama siempre solícita y atenta con su señora, el ambiente era tenso -Muy largo señor, me temo que nunca había viajado tan lejos y durante tanto tiempo - ella había ido a París, ahí donde había perdido a sus padres, aún así, las distancias parecían cortas si sólo miraba la sonrisa de su padre adoptivo y escuchaba los cuentos de su madre -Sobre todo sola, quiero decir, sin nadie que yo conozca - miró a William tratando de leer su mirada ¿Parecía molesto? ¿Parecía ansioso? ¿La aceptaba por voluntad? ¿Por qué había intercedido por ella?.

-Me temo que mi hogar en Londres quedó lejos, las únicas posesiones que vienen conmigo son las que tenía cuando pasó todo..- supuso que no necesitaría explicaciones, además por supuesto de que había tenido que ir vendiendo cosas quedándose con solo lo estrictamente necesario para sobrevivir. Sus mejillas se encendieron con un tono rosado al sentir sus labios sobre su piel. Fuego, calor. -Está bien mi lord, entonces le veré más tarde, si me disculpa, iré a regrescarme un poco-le sonrió retirando su mano de forma sutil y suave avanzando sostenida del brazo de su única dama Adalinde.

-Esto es más complicado de lo que pensé - dijo Mary Anne a su compañera una vez hubieron cerrado la puerta de su humilde habitación. No era lo que tenían por costumbre tener, sin embargo, la rubia no era remilgada, si algo había aprendido en esos últimos días, era a apreciar lo que se tenía -¿Viste sus rostros? Me odian Ada, me odian y ni siquiera me conocen..- soltó un suspiro acercándose al baño para humedecer su rostro cansado y pálido, necesitaba algo dulce antes de desfallecer.

-No mi señora, algo ha dicho bien y es que no la conocen - Adalinde se paró detrás de ella y le ayudó a aflojarse el corset -Le prepararé un vestido más ligero para que no se sienta tan sofocada, lo único que necesita es descanso, ya estamos donde se supone que debamos - aunque no sonaba muy convencida, Mary Anne deseaba confiar en sus palabras. Asintió dejando que le ayudara a quitarse lo que llevaba encima para ponerse el otro.

Pronto, después de decirse a sí misma que estaba lista para cualquier cosa, Mary Anne salió siento la viva imagen de su madre y padre, tenía una belleza delicada y suave, no tan tosca como la de las mujeres en esa casa. Caminó hacia los jardines encontrando curioso que casi no hubieran flores ¿Las tendrían en otro lado?. Manteniendo su atención en donde se supone debían estar las plantas, Mary casi no nota que estaba por chocar con su hermano y así pasó, la rubia colisionó contra la espalda de William. Se llevó la mano al pecho -¡OH, Dios!- casi sentía que se le iba a salir el corazón, las miradas estaban sobre ellos, de nuevo -Mi lord, lo siento muchísimo- se disculpó mirando al suelo -No me dí cuenta de que caminaba derecho hacia usted, solo miraba el pequeño espacio cerca de la casa, no tiene flores y yo me pregunté..- miró a su alrededor cerrando la boca de inmediato -Buenas noches..- saludó retorciendo la tela de su vestido, estaba preocupada por haber cometido tal falta, no tenía ni un día ahí y ya estaba segura de haberlo echado todo a perder.
Spoiler:
Mary Anne D'Uberville
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Rol Privado Re: Devonshire (Privado)

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