Sociedad Victoriana

La sociedad victoriana es conocida históricamente por su aspecto más resaltable: la doble moral. Pero para hacer tal afirmación es necesario conocer a fondo las circunstancias que llevaron a esa situación.

La Inglaterra del XIX era una nación eminentemente estresada. El humo de las fábricas, las sirenas de los barcos, carros, gente y sistemas de higiene pública que no estaban preparados para tanta gente. La mendicidad y la delincuencia estaban prácticamente asumidas y era mejor no quedarse indefenso en la calle pues había pillos en cada esquina. Si además sumamos la cantidad de negocios de la clase alta y que la presencia social lo era todo, obtenemos una población con necesidad acuciante de encontrar vías de escape. Esta necesidad se manifestó tanto en comportamientos como en el arte y la cultura.

En cuanto a las costumbres, con la excusa de mantener la buena imagen durante el día, durante la noche se empezaron a generalizar las actividades que hacían expandir la conciencia y el cuerpo, principalmente las drogas y bebidas alcohólicas especialmente fuertes, aunque también la prostitución o las apuestas. Todo estaba permitido mientras nadie lo supiera. Se trataba además de una sociedad bastante machista, en la que la mujer quedaba relegada a objeto que enseñar y que debía llevar una casa. Aunque esta noción empezó a cambiar a mediados de siglo gracias al movimiento sufragista, de mujeres que abogaban por la igualdad y el voto. El matrimonio era prácticamente una obligación, y no tenía la misma consideración un hombre casado que el que no lo estuviera, por no hablar de una mujer. Se consideraba, evidentemente, más a los herederos varones que a las niñas, y en el segundo caso tan sólo podían heredar al casarse y tener un marido que administrara su dinero.

LA IGLESIA;

Había, en Inglaterra una gran influencia de la Iglesia Cristiana sobre la moralidad que se aplicaba en el día a día y existía una gran labor pastoral sobre el miedo al infierno. Sin embargo, dentro de la cristiandad, había un enfrentamiento centenario entre católicos y anglicanos protestantes, y dentro de estos, los más radicales: los disidentes. Todos ellos estaban de acuerdo en que la vida más pura y directa al cielo era una que fuera recatada, sobria, caritativa y abstente de todo vicio.

Sin embargo, en ocasiones, los pastores anglicanos (a los que se permitía tener esposa) acusaban a los católicos de lujuriosos, que rompían sus votos de castidad, y los católicos a estos de gula y avaricia. Se tendían trampas entre ellos, causando escándalos cada poco tiempo.

En lo que estaban de acuerdo era en la necesidad de la caridad y la predicación para las almas descarriadas y en lo perjudiciales que resultaban los seres sobrenaturales para el mundo, ya que desafían la creación de Dios.

LA EDUCACIÓN;

Los niños ricos y de la nobleza, recibían educación de institutrices y profesores en su propia casa. Si eran niños, luego iban a alguna prestigiosa universidad, y si eran mujeres, se las preparaba para casarse.

Para los de la clase media, existían escuelas públicas, aunque lo que más se estilaban eran los internados, sobretodo para las niñas, donde les enseñaban los modales necesarios para moverse con la alta sociedad, o donde les daban un oficio como costureras, enfermeras o matronas.

En cuanto a la clase baja, existía un preocupante nivel de analfabetismo ya que los niños se dedicaban al pillaje y nadie se encargaba de enseñarles. Las cortesanas, eso sí, debían aprender como parte de su formación y sobretodo, matemáticas para poder llevar satisfactoriamente sus pagos.

LA MEDICINA;

Existían dos tipos de hospitales en la época: los de medicina privada, grandes edificios con todas las comodidades que la época podía ofrecer, y los de caridad, más modestos, pero que en numerosas ocasiones contaban con la colaboración de los mejores médicos, sobretodo en tiempos de epidemias.

Al no haber antibióticos, cualquier pequeña enfermedad era bastante grave, pero las peores enfermedades eran las víricas infecciosas como el sarampión, el cólera (especialmente peligroso porque se transmite por el agua) la tuberculosis y la viruela. Para esta última se innova la primera vacuna, pero para el resto no había tratamientos concretos, aunque si que estaba generalizado el uso de opiáceos para combatir el dolor.

ARTE Y CULTURA;

Esta situación de estrés se libera, además de con la doble moral, dando lugar a un arte muy concreto. En el caso de la pintura y la arquitectura (tanto privada en las mansiones, como en los grandes edificios civiles y catedrales) resulta una mirada a un pasado idealizado, especialmente la Edad Media. Así, encontramos el estilo “Gothic Revival” en edificios tan importantes como el Parlamento de Westminster, y en pintura ejemplos tan bellos y representativos como el movimiento Prerrafaelita y el Historicista.

En cuanto a la literatura, hay una gran producción, desde poemas artúricos, hasta el Romanticismo más oscuro de Edgar Alan Poe , Lord Byron y John y Mary Shelley. También se escriben productos literarios que bien podrían relacionarse con al doble moral y las drogas como Alicia en el País de las Maravillas de Lewis Carrol (Charles L. Dodgson)

Los filósofos y psicólogos, como Sigmund Freud o Fiedrich Nietzche en cuanto al comportamiento humano, y los movimientos obreros y comunistas promulgados por Marx y Bakunin que llevaron a las primeras huelgas.

▪ Creado por Meg Giry para The Darkness Revival ▪